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El músculo liso está
formado por fibras musculares lisas que corresponden a células
uninucleadas, delgadas y aguzadas en los extremos, cuya longitud
varía entre 20 y 500 mm (Figs
1 y 2). Este tipo de músculo forma la porción contráctil
de la pared de diversos órganos tales como tubo digestivo
(Fig 3) y vasos sanguíneos (Fig 4), que requieren de una
contracción lenta y sostenida. Las células se organizan
en grupos, formando haces, rodeados de tejido conjuntivo fibroso
que contiene vasos sanguíneos.
El núcleo de las fibras musculares lisas se ubica en el
centro de la fibra y los organelos citoplasmáticos tales
como mitocondrias, aparato de Golgi, retículo endoplásmico
rugoso y ribosomas libres se localizan, mayoritariamente, en la
vecindad de los polos nucleares (Fig 5). El resto del citoplasma
está ocupado por abundantes miofilamentos finos de actina,
una proporción menor de miofilamentos gruesos de miosina,
y un citoesqueleto de filamentos intermedios formados por desmina.
Existen, también, numerosos cuerpos densos, estructuras que
anclan filamentos finos (Fig 6).
Las fibras musculares lisas se disponen desplazadas una respecto
de la otra, de manera que el extremo delgado de una fibra se ubica
vecino a la parte ancha de la fibra vecina. Esta disposición
de las fibras y la localización del núcleo en el centro,
explica el aspecto del músculo liso en corte transversal
(Figs 7 y 8).
Las fibras musculares lisas están rodeadas por una lámina
basal (lámina externa) comparable a la lámina basal
de los epitelios (Fig 9). Por fuera de la lámina externa,
se dispone una trama de fibras reticulares.
En sitios discretos, las células adyacentes están
asociadas por uniones de comunicación ("nexos"), de estructura
y función similares a la explicada en tejidos epiteliales.
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