Figura 1  
     
  Figura 2  
     
  Figura 3  
     
  Figura 4  
     
  Figura 5  
     
 

Organización histológica de los huesos

     
 

En un hueso ya formado la disposición de los componentes del tejido óseo en cada zona de él está en estricta relación con las fuerzas de tracción y compresión a que esa zona está sometida habitualmente.

Sin embargo el tejido óseo que se forma primero en el feto y luego en los huesos en desarrollo no se dispone de acuerdo a estos requerimientos mecánicos, sino que constituye un tejido óseo de base llamado hueso primario o reticular ("entrelazado") que posteriormente será reemplazado por el hueso secundario o laminillar

La principal diferencia entre el hueso reticular y el laminillar radica en la disposición de las fibrillas de colágeno I, las cuales en el hueso primario se disponen en forma de manojos dispuestos en forma irregular.

De acuerdo al aspecto macroscópico que presentan se distinguen dos tipos de huesos: hueso cortical formado por tejido óseo compacto (Fig.1) y hueso esponjoso (Fig.2) en el cual el tejido óseo se dispone en trabéculas que delimitan cavidades, en las que se ubica normalmente la médula ósea.

En las superficies articulares la capa cortical de hueso compacto está cubierta por una capa de cartilago hialino: el cartílago articular (Fig. 3), mientras que el resto de la superficies del hueso están cubiertas por membranas de tejido conjuntivo que forman el periostio (Fig. 4) y el endostio, en los que existen abundantes vasos sanguíneos que se adosan ya sea a las trabéculas del hueso esponjoso o que penetran en el hueso cortical compacto a través de los conductos de Volkman y de Havers (Fig. 5).

Faltan vínculos a:

Estructura del hueso esponjoso

Organización del hueso compacto

Crecimiento de los huesos

Crecimiento en grosor
Crecimiento en longitud de los huesos largos
Aumento en diámetro de la diáfisis