Están formados por delgadas
trabéculas (Fig. 1), que, en los huesos ya formados, corresponden
a tejido óseo laminillar (Figs. 2 y 3) rodeadas por células
de revestimiento óseo. Los osteocitos de las trabéculas
óseas se mantienen desde los capilares sanguíneos
vecinos ubicados en la médula ósea.
La orientación de cada trabécula y la disposición
de sus laminilllas óseas mineralizadas está determinada
por las tensiones mecánicas locales con el objeto de resistir
las compresiones y las tensiones a que es sometida.
Si cambia la dirección de los requerimienos mecánicos
a que es sometida una trabécula (aumento de peso del individuo,
crecimiento u otro) ella debe cambiar su orientación.
Remodelación de trabéculas en el hueso esponjoso:
El cambio en la forma de una trabécula se realiza mediante
dos procesos coordinados que ocurren en zonas precisas de la trabécula
a remodelar:
- crecimiento por aposición de la trabécula por
acción de los osteoblastos los que que depositan laminillas
sucesivas de tejido óseo en la zona en que existe una requerimiento
mecánico, y
- remoción del tejido óseo de la trabécula
por acción de los osteoclastos en los sitios en que no
está sometido a tracción ni compresión (Figs.
4 y 5)
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