1.- INTRODUCCION
Aproximadamente 40-50% de los tumores cerebrales son gliomas y de estos
40% son de bajo grado. Se consideran gliomas de bajo grado: los astrocitomas
que constituyen el 63%, los oligodendrogliomas el 25% y los mixtos el
12%. Si bien presentan una morfología microscópica benigna,
casi todos tienen un comportamiento maligno, denominándoseles
tumores de bajo grado y no "benignos" como podría suponerse de
acuerdo a la histología. Es conocido que pueden permanecer en
"estado latente" por varios años y no dar síntomas, como
también desdiferenciarse y malignizarse, siendo este proceso
más frecuente en los astrocitomas. Este fenómeno hace
que la historia natural sea muy variable e impredecible y en consecuencia
será difícil evaluar cualquier tratamiento que se intente.
La mayor parte de la información concerniente a la evolución
se ha obtenido de series en pacientes tratados, de poca utilidad para
el estudio de la evolución natural. Lo más aproximado
a la historia natural sería el análisis de pacientes mínimamente
tratados, como son aquellos sometidos sólo a biopsia. En astrocitomas
se estima que la sobrevida de este tipo de pacientes es de 17-30% a
los 5 años y de 6-11% a los 10 años, a lo que habría
que agregar el tiempo pre-diagnóstico que en promedio es de 2-4
años, lo que contrasta con los astrocitomas malignos con sobrevida
a 1 año casi nula. Cualquier tratamiento debería tener
una sobrevida claramente superior al de la historia natural.
II.- CONSIDERACIONES ANATOMO-PATOLOGICAS
Se han propuesto varias clasificaciones histopatológicas. Los
astrocitomas de bajo grado corresponden al grado 1 y 2 de Kermohan y
a los astrocitomas 2 de la clasificación de la OMS. Se descartan
de este grupo los astrocitomas infratentoriales que tienen un comportamiento
biológico diferente pues su sobrevida es mucho mayor y no tienen
tendencia a malignizar. Otro tanto ocurre con los llamados astrocitomas
pilocíticos, que tienen larga sobrevida y no se desdiferencian.
Ambos tipos constituyen tipos diferentes de gliomas, y no deben incluirse
en los astrocitomas de bajo grado pues alteran las estadísticas
dada sus largas sobrevidas.
En 1988, Daumas-Dupont diseñó una nueva clasificación,
basada en la presencia de los siguientes cambios morfológicos:
atipía nuclear, mitosis, proliferación endotelial, necrosis.
Cuando no hay cambios se clasifican en grado 1, cuando hay un cambio
en grado 2, dos en grado 3 y tres o cuatro en grado 4. Al relacionar
los grados con la sobrevida, se logró una aproximación
más cercana a la realidad que con la clasificación de
Kernohan. En una serie de cerca de 300 pacientes con astrocitomas así
clasificados sólo 2 resultaron ser grado 1, lo que demuestra
lo excepcional que son los tumores de este grado. El 17% fue de grado
2, el 18% de grado 3 y el 65,3% grado 4. Es decir más del 80%
de los astrocitomas supratentoriales son histológicamente de
alto grado de malignidad. Esta clasificación permitió
además separar los astrocitomas denominados malignos de la clasificación
de Kernohan, en los grados 3 y 4 claramente diferenciables histológicamente,
con sobrevidas también distintas, llegando en algunos tumores
grado 3 a sobrevidas de 30% a los dos años, a diferencia de los
grados 4 que no alcanzan a sobrevivir un año. La clasificación
de Kernohan engloba a los astrocitomas 3 y 4 en un sólo grupo
con sobrevida común, lo que no sería real.
Otro problema relacionado, es el que se refiere a la muestra obtenida
en la biopsia, la que permite la clasificación del tumor. Se
conoce que los astrocitomas pueden tener diferentes grados en distintas
regiones del tumor, en consecuencia la muestra obtenida puede no ser
representativa de la totalidad de éste, especialmente en biopsias
con escaso material como son las obtenidas por estereotaxia. Por esto
la historia natural de un tumor clasificado como de bajo grado, pudiera
no ser real.
El comportamiento biológico no sólo depende del grado
histológico sino de otros factores, como son: la edad, localización,
índice de Karnofsky, tamaño del tumor al diagnóstico
y tipo de tratamiento.
Los oligodendrogliomas también han sido clasificados en grados
de acuerdo a atipías nucleares, proliferación endotelial
y necrosis. Su comportamiento biológio es diferente al astrocitoma,
teniendo en general una mayor sobrevida y malignizándose con
menos frecuencia. Se puede decir que aquellos, histológicamente
malignos tienen una sobrevida menor que los de bajo grado. Sin embargo
hay excepciones, existiendo tumores de alto grado con sobrevidas prolongadas.
Smith en 1983, demostró que los clasificados como de bajo grado
sobrevivían en promedio 8 años, los grados intermedios
4 años y los de alt o grado 17 meses.
La desdiferenciación de los gliomas de bajo grado es un fenómeno
conocido desde hace muchos años. La frecuencia del fenómeno
es variable. Afra demuestra que un grupo de pacientes que fallecieron
por recidiva tumoral, que en 73% había transformación
maligna y en un grupo que recidivó pero no se operó 75%
mostraba signos radiológicos que hacían sospechar malignización.
El mismo autor demuestra que en los casos recidivados y reoperados 81.5%
de los astrocitomas aumentan de grado, transformándose en glioblastomas
24%, 58% aumenta a grado 3. En oligodendrogliomas, la transformación
a grado 3 ocurrió en 44% y sólo 8% se malignizó
transformándose en glioblastoma. El período de tiempo
en la malignización fue muy variable, entre 4 meses y 8 años,
si no existen factores adversos que aceleren este proceso.
Se estima que la recurrencia tumoral ocurre en los primeros 5 años
de operados, y se malignizaría un promedio, de acuerdo a varias
series, de 40% de los astrocitomas.
La localización de los astrocitomas, se relaciona a la masa
cerebral; son en consecuencia más frecuentes en el lóbulo
frontal, luego temporal y parietal. Los oligodendrogliomas son más
frecuentes en el lóbulo frontal y raros en estructuras profundas.
III.- CLINICA
El promedio de edad en astrocitomas es de 35 años y en los oligodendrogliomas
es de 35-40 años. Son tumores del adulto joven, a diferencia
de los de alto grado que se presentan con mayor frecuencia sobre los
50 años.
En los últimos años el síntoma por excelencia
que orienta al diagnóstico es la epilepsia (90%), siendo rara
la hipertensión intracraneana (5-10%), gracias al uso precoz
y frecuente de la tomografía computada (TC). Esto era diferente
hace algunos años, en que el diagnóstico se hacía
tardíamente pues los métodos en uso permitían diagnosticar
sólo tumores de tamños considerables, siendo la hipertensión
intracraneana o déficit neurológico focal síntomas
frecuentes.
Actualmente los exámenes de elección en el diagnóstico
spn la TC y la Resonancia Magnética (RM). La imagen característica
en la TC es de un área hipodensa de tamaño variable, generalmente
bien circunscrita, que no toma contraste. Algún grado de débil
impregnación se describe en hasta el 50%. Sin embargo cuando
un astrocitoma de bajo grado toma mucho contraste, se debe sospechar
malignización. Las calcificaciones son frecuentes en los oligodendrogliomas
y raros en los astrocitomas.
La RM, es un examen de gran valor en gliomas de bajo grado pues a menudo
demuestra lesiones no detectables con la TC.
IV.- TRATAMIENTO
El tratamiento de los gliomas de bajo grado es, en general, la cirugía
seguida de la radioterapia externa. En el último tiempo este
tratamiento clásico, ha sido discutido en especial en tumores
pequeños, que se manifiestan por crisis comiciales y localizados
en zonas de difícil acceso quirúrgico (zonas elocuentes).
Se ha sostenido que probablemente la simple observación, después
de una biopsia estereotáxica, sería una manera acertada
de enfocar este problema, pues cualquier tratamiento ofrecido, al menos
debe tener mejores resultados que la historia natural.
Los gliomas tienden a infiltrar, más allá de los márgenes
definidos por la radiología. Dada esta característica
podría plantearse si la cirugía es un tratamiento adecuado.
La respuesta se basa en que la reducción de la masa tumoral favorecería
otras terapias complementarias como la radioterapia, disminuiría
el efecto de masa que provocan los tumores de gran tamaño y probablemente
habría menos probabilidades de malignización. Para algunos
sería el ideal la pesquisa precoz del glioma a través
de la RM ya que sería posible realizar una cirugía más
completa, con menos secuelas neurológicas, mejor sobrevida y
se trataría la epilepsia, que es el síntoma más
frecuente.
La cirugía sin radioterapia en astrocitomas, da sobrevida a
5 años en 13-38% y a 10 años en 11%. Para algunos la cirugía
más radical mejora el pronóstico, lo que no es compartido
por otros. En oligodendrogliomas el promedio de sobrevida, sólo
con cirugía es de 2 - 7 a ños, con sobrevida a 5 años
en 30 - 80% y a 10 años en 25 - 50%.
Los gliomas a excepción de los meduloblastomas y ependimomas,
no se consideran tumores radiosensibles. En consecuencia esto, sumado
al peligro de radionecrosis, hacen de la radioterapia un tratamiento
de difícil manejo. Si agregamos que no existe un estudio randomizado
para medir el efecto de la radioterapia en estos tumores, queda en evidencia
la razón de la polémica. Sin embargo el análisis
de algunas series retrospectivas permite observar que en astrocitomas
la sobrevida a 5 años con radioterapia post-operatoria es del
50-60% y a 10 años de 35-40%, claramente superior a la historia
natural. La dosis óptima para tratar estos tumores estaría
entre 50 - 60 Gy, fraccionado en 6 a 7 semanas, con dosis semanales
de 9 - 9.5 Gy en el área tumoral, evitando la irradiación
del encéfalo total, e irradiando hasta 2 cms. del borde reconocible
del tumor. De esta forma se intentaría evitar la radionecrosis.
Dosis menores de 50 Gy no serían útiles y mayores de 60
Gy de riesgo, provocando radionecrosis. Los oligondendrogliomas operados
e irradiados, también muestran una mejoría en la sobrevida,
80% sobreviven 5 años y 45 - 55% 10 años. Existe en la
actualidad dos protocolos, uno europeo (EORTC) y otro norteamericano
(MAYO - NCCTG), en los que se estudia en forma randomizada, la utilidad
de la radioterapia, versus la simple observación, y diferentes
dosis de radioterapia con fraccionamientos diferentes. Ellos podrán
responder las interrogantes pendientes en relación a la discutida
eficacia de la radioterapia en estos tumores radio resistentes.
De realizarse radioterapia ésta no debería efectuarse
mucho tiempo después de la cirugía. El aumento del número
de células hace menos eficaz la radioterapia, aumentan los focos
de hipoxia en el tumor, áreas que son resistentes a la radiación
y el mayor número de células hace mayor la probabilidad
de transformación maligna.
V.- PRONOSTICO
Dependerá de:
a.- Tipo de tumor: Los oligodendrogliomas como ya se analizó
son de mejor pronóstico que los astrocitomas.
b.- Grado y características morfológicas: Los tumores
grado 1 tienen mejor pronóstico. Los astrocitomas gemistocíticos
serían de evolución más desfavorable. La presencia
de necrosis sería un factor desfavorable.
c.- La mayor edad agrava el pronóstico.
d.- La impregnación con contraste del tumor en la TC es un
factor agravante.
e.- Un buen estado general, sin déficit neurológico
o sin hipertensión intracraneana favorece el pronóstico.
Es decir un buen puntaje en la escala de Karnofsky.
f.- Tamaño y localización: El tamaño es un factor
de relativo valor pronóstico, por la dificultad que podría
representar la resección total. La localización profunda
o en áreas elocuentes es un factor agravante.
VI.- NUEVAS TERAPIAS
Las nuevas formas de terapia, debido al carácter infiltrante
de los gliomas se han orientado a cambios en las formas de irradiar
el tumor, haciéndolo de manera más precisa, con el objeto
de evitar la radionecrosis y otros efectos secundarios. Por tratarse
de tumores de larga sobrevida la posibilidad de que los efectos deletéreos
se manifiesten es alta, pues requieren mayor tiempo para hacerse presentes.
Se ha ensayado la irradiación intersticial o braquiterapia,
que consiste en introducir, generalmente por vía estereotáxica,
material radioactivo dentro de la masa tumoral, que irradia el tumor
hasta sus bordes de acuerdo a la dosis de material radiante que se aplique.
La otra técnica es la radiocirugía, que estaría
especialmente indicada en tumores de un volumen no mayor de 3 cms. y
en áreas profundas o elocuentes donde la cirugía convencional
no está indicada. Se lograría una irradiación sobre
el tumor evitando el daño a zonas vecinas de importancia funcional.
La quimioterapia no ha sido efectiva y la terapia con anticuerpos monoclonales
está en etapa de experimentación.
TABLA 1
|
SOBREVIDA DE GLIOMAS DE BAJO GRADO *
|
HISTORIA NATURAL
|
Tipo de Tratamiento
|
5 años
|
10 años
|
Evolución natural: sólo biopsia
|
17 - 30%
|
6 - 11%
|
Cirugía
|
13 - 38%
|
11%
|
Cirugía y radioterapia
|
50 - 60%
|
35 - 40%
|
* Astrocitomas de grados 1 y 2
|
BIBLIOGRAFIA
1. Afra D., Muller W., Benoist G. Supratentorial recurrences of gliomas.
Acta Neurochir (Wien) 43: 217-27, 1978.
2. Cairncross J.G., Lapierre NJ. Low grade glioma. To treat or not to
treat?. Arch Neurol 46:1283 - 9, 1989.
3. Daumas - Dupont S., Scheithaver B.W., O'Fallon JR. Grading of astrocytomas:
A simple and reproductible method. Cancer 62: 2152-65, 1988.
4. Karim AB., Laws ER. Gliomas: Principles and Practice in Neuro-Oncology.
Springer Verlag, Heidelberg 1991.
5. Larson DL, Gutin PH, Leibel SA. Stereotaxic irradiation of brain tumors.
Cancer 65: 792 - 99, 1990.
6. Morantz RA. Radiation therapy in the treatment of cerebral astrocytomas.
Neurosurg. 20: 975-82, 1987.
7. Peipmeier JM. Observations on the current treatment of low-grade astrocytic
tumors of cerebral hemispheres. J. Neurosurg. 67: 177 - 181, 1987.
8. Shaw EG., Daumas-Dupont S., Scheithaver BW. Radiation therapy in the
management in the low-grade astrocytomas. J. Neurosurg. 70: 853-61, 1989.
9. Smith MT., Ludwig CL., Godfed AD. Grading of oligodendrogliomas. Cancer
52: 2107-14, 1983.
10. Soffietti R., Chio A., Giordana MT. Prognostic factors in well -
differentiated cerebral astrocytomas in the adult. Neurosurg. 24: 686-92,
1989.
|