Introducción
La enfermedad cerebro vascular constituye la tercera causa
de muerte y la primera de invalidez en Chile y en Estados Unidos de Norteamérica
(EEUU) (1). Aproximadamente el 80% de los accidentes cerebro vasculares son
oclusivos por lo que el empleo de drogas trombolíticas que logren la
recanalización arterial con mínimos efectos sistémicos
se ha constituido en una nueva estrategia terapéutica de esta patología.
En 1996 la FDA (Food and drug administration), en base a los resultados del
estudio del NINDS (2), aprobó en los EEUU el empleo intravenoso de activador
plasminógeno tisular recombinante (rt-PA) para el tratamiento de los
infartos encefálicos de menos de tres horas de evolución. La necesidad
de ofrecer alternativas de tratamiento a los pacientes que no cumplen este criterio,
asociado al desarrollo de nuevas técnicas radiológicas diagnósticas
y terapéuticas, han promovido el uso de la angiografía encefálica
selectiva y de la trombólisis intraarterial (t-IA), como una forma de
cambiar la historia natural del infarto encefálico de más de tres
horas de evolución.
La t-IA en el infarto encefálico fue descrita por Zeumer
y col. en 1983 (3). Desde entonces se han publicado múltiples reportes,
la gran mayoría no randomizados, de pacientes con infarto encefálico
de los territorios anterior y posterior sometidos a t-IA con resultados variables.
En la siguiente revisión se expondrá la información existente
en relación a la eficacia clínica de la t-IA en el infarto encefálico.
Evaluación inicial
La evaluación de los pacientes candidatos a t-IA debe
incluir una adecuada historia clínica y un examen neurológico
riguroso cuantificado en las escalas de NIHSS y Barthel (tablas 1 y 2) (4,5).
Dentro de los exámenes de laboratorio se debe contar con un hemograma
con recuento de plaquetas, pruebas de coagulación, electrolitos plasmáticos
y función hepática (6).
Los estudios de imágenes están destinados a descartar
contraindicaciones de la t-IA. La tomografía computarizada (TC) de encéfalo
no contrastada es útil para detectar hemorragias intracraneanas (HIC)
y signos precoces de infarto encefálico como: pérdida de la diferenciación
córtico-subcortical, arteria cerebral media (ACM) espontáneamente
hiperdensa, pérdida de la delimitación de los ganglios basales
y del fenestrado insular (6).
Experiencias recientemente publicadas indican que la resonancia
magnética (RM) de encéfalo se convertirá en el método
de neuroimagen de elección para los pacientes en los que se considere
el tratamiento con trombólisis. El empleo de secuencias de gradientes
muy sensibles a la presencia de oxihemoglobina, presente en forma intracelular
en el hematoma agudo, permite ganar tiempo y reducir costos y, de esta forma,
reemplazar a la TC para descartar la presencia de hemorragia (7).
Aún así, es muy difícil acortar el tiempo del estudio
a menos de 1 hora antes de proceder a la terapia trombolítica.
Los estudios de difusión (DW1) por RM determinan el
edema citotóxico en el centro del infarto y, por lo tanto, la necrosis
neuronal. Los estudios de perfusión determinan el área en la que
existe alteración del flujo sanguíneo cerebral. La diferencia
de estas dos áreas se conoce como "mismatch" y constituye la
zona de penumbra o isquemia, que corresponde al tejido cerebral potencialmente
recuperable al restablecerse la irrigación arterial. Una zona de penumbra
extensa hace suponer una buena respuesta a la revascularización arterial,
sin embargo, existen controversias sobre la fisiopatología de los cambios
evidentes en la difusión y en la reversibilidad de estos post reperfusión
(7).
Para implementar el uso rutinario de la RM en el tratamiento
del infarto encefálico se requiere de una mayor infraestructura tanto
técnica como de personal, disponible 24 horas al día, los 365
días del año. A pesar de las dificultades a superar, deben hacerse
todos los esfuerzos para estructurar unidades multidisciplinarias para el tratamiento
de los infartos encefálicos.
Drogas trombolíticas
Las drogas trombolíticas favorecen la conversión
de plasminógeno en plasmina que es la responsable de la disrupción
de la red de fibrina y de la lisis del coágulo. De acuerdo a su especificidad
con la fibrina, vida media o resistencia a los inhibidores naturales, se clasifican
en tres generaciones. En la tabla 3 se resumen las principales características
de cada droga (8):
1. Primera generación: Uroquinasa y Streptoquinasa.
La uroquinasa es una proteasa natural que actúa directamente sobre
el plasminógeno. La streptoquinasa actúa formando un complejo
con el plasminógeno lo que determina la depleción de: fibrinógeno
circulante, plasminógeno, factor V y factor VIII. Los pacientes que
tienen anticuerpos antiestreptococos pueden presentar una reacción
anafiláctica al usar streptoquinasa
2. Segunda generación: Pro-uroquinasa y activador del plasminógeno
tisular recombinate.
La pro uroquinasa recombinante (r-proUK) o prolyse es una pro enzima precursora
de uroquinasa derivada de células murinas. En la superficie del trombo
la monocadena de prouroquinasa se transforma en la doble cadena de uroquinasa
lo que le otorga gran especificidad por la fibrina. Su efecto trombolítico
es potenciado por la heparina, posiblemente a través de la neutralización
de la trombina o de la estimulación de la liberación del activador
del plasminógeno tisular desde el endotelio (9).
El activador del plasminógeno tisular recombinante (rtPA) o alteplase
es, al igual que el prolyse, un agente fibrino-específico y no produce
hipofibrinogenemia sistémica
3. Tercera generación: Reteplase, lanoteplase, tecneteplase
y desmoteplase.
El reteplase es un mutante no antigénico del activador del plasminógeno.
El lanoteplase es un agente trombolítico con poca afinidad por la fibrina
y gran actividad lítica. En estudios de trombólisis en infarto
del miocardio, se ha asociado a una alta incidencia de hemorragia intracraneana
(8).
El tecneteplase es un triple mutante del activador del plasminógeno
tisular, tiene una afinidad por la fibrina 14 veces superior que el alteplase.
Por último, el desmoteplase es una droga recombinante del activador
del plasminógeno extraída de la saliva de murciélago,
es casi inactiva en ausencia de fibrina lo que disminuye las complicaciones
hemorrágicas (10). Está en curso un estudio randomizado, multi
céntrico, doble ciego, placebo controlado para evaluar la eficacia
y la seguridad del desmoteplase intravenoso en pacientes con infarto encefálico
(www.paion.de).
Trombólisis intraarterial
Los avances en el campo de la neurorradiología intervencionista
con el desarrollo de microcatéteres, microguías, imágenes
fluoroscópicas de alta resolución, imágenes digitales y
agentes de contraste no iónicos, han permitido realizar angiografías
encefálicas de manera fácil y segura en centros bien dotados.
La técnica de la t-IA implica realizar una angiografía
encefálica selectiva para localizar la obstrucción arterial y
situar el microcatéter endovascular a través del cual se infunde
la droga trombolítica (6). De los pacientes con sospecha de isquemia
encefálica, el 20% tienen una angiografía negativa para oclusión
arterial, posiblemente por lisis espontánea precoz u oclusión
microvascular, y un 10-20% tiene algún otro criterio angiográfico
de exclusión para la t-IA (9).
Existen variaciones en la técnica de la t-IA, lo que
dificulta la comparación de los diferentes trabajos publicados. La droga
trombolítica puede ser infundida proximal a la arteria obstruida (trombólisis
regional) o directamente en la obstrucción (trombólisis local),
y puede ser liberada en pulsos o en infusión continua. En algunos protocolos
se realiza trombólisis mecánica con el catéter intraarterial
(11) y angioplastía percutánea después de la t-IA (12,13).
Modelos animales y estudios in vitro han mostrado que la disrupción
mecánica del coágulo mejora la disponibilidad del trombolítico
y la eficacia del procedimiento (8). El empleo de la energía mecánica
transmitida a través de ondas de ultrasonido transcraneano puede favorecer
la recanalización arterial obtenida en la t-IA, lo que se ha denominado
"efecto sinérgico del ultrasonido" (14).
Existen algunos reportes recientes del empleo de t-IA con antagonistas
del receptor plaquetario IIb/IIIA abciximab, por vía intravenosa o intraarterial,
demostrándose una recanalización arterial en territorio anterior
y posterior en un pequeño número de pacientes (15,16,17). Los
beneficios clínicos y las tasas de transformación hemorrágica
deben ser evaluados con nuevos estudios.
La administración de la droga trombolítica vía
intraarterial, en comparación con la intravenosa, ofrece las siguientes
ventajas: mayor concentración del agente trombolítico en el sitio
de obstrucción y menor exposición sistémica, la posibilidad
de realizar una trombólisis mecánica con el catéter de
infusión y se puede demostrar la anatomía, la patología
y las colaterales arteriales, así como el grado exacto de obstrucción
y de recanalización (18). Se han descrito las siguientes desventajas:
la manipulación arterial puede aumentar el riesgo de hemorragia y de
trombosis, además existe la posibilidad de retrasar el inicio del tratamiento
trombolítico según la disponibilidad de la técnica (6,18).
Trombólisis intraarterial en infartos del territorio
vértebro basilar Evidencia clínica
La mortalidad en los infartos no lacunares del territorio vértebro
basilar es de 70-80% (19). La terapia trombolítica en infartos de territorio
posterior es hasta la fecha el único tratamiento disponible que ha
mostrado, en trabajos no randomizados, alguna eficacia en cambiar el curso
natural de esta enfermedad. La recanalización del sistema vértebro
basilar es necesaria, pero no siempre suficiente, para la mejoría clínica
del paciente (20).
Para lograr un resultado favorable, se ha descrito que deben cumplirse ciertas
condiciones: la oclusión de la arteria basilar debe comprometer sólo
un segmento arterial, debe existir un adecuado flujo de colaterales y el paciente
no debe estar tetrapléjico ni en coma al inicio del tratamiento (21).
La ventana terapéutica no ha sido establecida pero se acepta hasta
10-12 horas. Se ha descrito recanalización en 40-100% de los casos,
hemorragias sintomáticas en 0-17% y buenos resultados en 23-100% de
los pacientes tratados (22,23,24,25).
Trombólisis intraarterial en infartos del territorio
de la arteria cerebral media. Evidencia clínica
Uroquinasa
La uroquinasa ha sido evaluada en t-IA en algunos estudios no randomizados
(26). En 1999 se publicó un estudio prospectivo en 54 pacientes con
infarto encefálico de territorio carotídeo de hasta 6 horas
de evolución. Se empleó una infusión durante 20 minutos
de 250.000 U de urokinasa proximal a la obstrucción, seguidos de dosis
repetidas hasta lograr la recanalización, con un máximo de 1.4
millones de U. La recanalización parcial o completa se logró
en el 72% de los pacientes y la recuperación neurológica cuantificada
por una disminución > 4 puntos en la escala NIHSS (tabla
2) se obtuvo en el 43% de los casos (2). La HIC en las primeras 24 horas ocurrió
en 17% de los casos, la mortalidad a los 90 días fue de 24%. Los resultados
variaron de acuerdo al segmento arterial comprometido: la obstrucción
de la carótida distal se asoció a una escasa recanalización,
a diferencia de la oclusión de la porción horizontal de la ACM.
Las oclusiones distales en M3 fueron resistentes a la trombólisis (2).
Pro uroquinasa
En 1998 se publicó un estudio fase II denominado PROACT (Prolyse in
Acute Cerebral Thombo-embolism) que evaluó el uso de rpro-UK en pacientes
con infarto encefálico de menos de 6 horas de evolución y oclusión
angiográfica (TIMI 0 y 1, ver tabla 4), en la porción proximal
de la ACM (M1 y M2) (27). Se randomizaron 2:1 a 40 pacientes para recibir
en 120 minutos 6 mg de rpro-UK o de placebo. Los primeros 16 pacientes recibieron
heparina en dosis altas (bolo 100 U/kg, luego 1000 U/hr por 4 h) y el resto
de los pacientes recibió heparina en dosis bajas (bolo 2000 U luego
500 U/hr por 4 h). Después de las dos horas de infusión, la
recanalización parcial o completa se obtuvo en 15 de 26 pacientes que
recibieron pro-UK y en sólo 2 de 14 pacientes que recibieron placebo.
La HIC se presentó en el 15.4% del grupo tratado con rpro-UK y en el
7.1% del grupo placebo. Todos los pacientes que tenían una TC encefálica
inicial con compromiso mayor al 33% de la ACM presentaron una HIC. La mortalidad
a los 90 días fue de 26% en el grupo r-proUK y de 42.9% en el grupo
placebo (27).
Basándose en los resultados anteriores se desarrolló el PROACT
II, un estudio fase III randomizado, controlado y multicéntrico, para
evaluar la eficacia clínica y la seguridad de la rpro-UK, se publicó
en 1999 (9). Se estudiaron 180 pacientes con infarto cerebral de menos de
6 hr de evolución y sin HIC ni signos precoces de infarto extenso en
la TC encefálica inicial; con oclusión de ACM demostrada por
angiografía. En la tabla 5 se exponen los criterios de inclusión
y de exclusión en el PROACT II. Los pacientes se randomizaron para
recibir 9 mg de rpro-UK IV y bajas dosis de heparina (bolo 2000U y 500U/h
x 4h) (n=121) o heparina sola (n=59). No se permitió la disrupción
mecánica del trombo. El objetivo primario fue evaluar la discapacidad
a los 90 días, cuantificada en la escala de Rankin (tabla 6) (28).
El objetivo secundario fue determinar la tasa de recanalización y de
HIC asociada a deterioro neurológico y la mortalidad. El tiempo promedio
desde la hospitalización del paciente hasta el inicio de la t-IA fue
de 5,3 horas. La tasa de recanalización a las dos horas fue de 66%
en el grupo tratado y de 18% en el grupo control. La HIC asociada a deterioro
neurológico dentro de 24 horas se presentó en 10% del grupo
de rpro-UK y en 2% del grupo control. La mortalidad fue de 25% en el grupo
tratado y de 27% en el de control. A los 90 días un 40% los pacientes
tratados con rpro-UK y sólo un 25% del grupo control tenían
una escala de Rankin de 2 ó menos, lo que demuestra la eficacia del
tratamiento (9). El 15% de incremento absoluto para obtener un resultado favorable
con rpro-UK IV significa que por cada 7 pacientes tratados, 1 se logra beneficiar
(NNT=7). Del total de pacientes evaluados como posibles candidatos a ser randomizados,
sólo el 2% entró en el estudio (180/12.333), lo que sugiere
que la técnica de t-IA no es aconsejable en la mayoría de los
casos de infarto encefálico. La FDA (Food and Drugs Administration)
requiere de otro gran estudio para aprobar la rpro-UK en el infarto encefálico,
por lo que no se encuentra disponible comercialmente para su uso clínico.
Alteplase
El alteplase es la única droga aprobada por la FDA para la trombólisis
intravenosa (t-IV), sin embargo, sólo pequeñas series de pacientes
con infarto encefálico han recibido alteplase intraarterial. En 8 pacientes
se usaron dosis de hasta 40 mg de alteplase en la t-IA y la disminución
de 2 puntos en la escala del NIHSS se observó en 4 de ellos. Una HIC
asintomática se presentó en la TC de 2 pacientes a las 24 hr
(29).
Reteplase
En el año 2002, se publicó un estudio prospectivo que evaluó
la seguridad y la eficacia la de t-IA con reteplase en 19 pacientes con infarto
encefálico que no fueron candidatos a la terapia intravenosa por síntomas
de más de 3 horas de evolución, gravedad del déficit
neurológico o cirugía reciente (30). Se infundió 1U c/5
min de reteplase hasta 4 U IV y en algunos pacientes se realizó una
angioplastía percutánea. La recanalización parcial o
completa (TIMI 3-4) se logró en 16 de los pacientes. La recuperación
neurológica a las 24 hr, definida como la disminución de >4
puntos en la escala de NIHSS, se observó en 7 casos. En 4 pacientes
se presentó una HIC. El beneficio clínico del reteplase debe
ser evaluado en trabajos bien diseñados.
Terapia trombolítica combinada
La asociación de t-IV y t-IA pretende reducir el retraso que significa
el acceder a centros médicos capacitados en la realización de
procedimientos angiográficos y ofrecer a un mayor número de
pacientes la posibilidad de recibir tratamiento intravascular del infarto
encefálico (31,32). Un estudio fase I randomizó a 35 pacientes
con infarto encefálico de menos de tres horas para recibir rt-PA intravenosa
(0.6mg/k en 30 min) o placebo. Posteriormente se realizó una angiografía
encefálica que se demostró oclusión arterial de M1 o
M2 en 22 pacientes, en los que se realizó una t-IA con rt-PA (10 mg/h
por 2h). La recanalización fue mayor en el grupo de t-IV/t-IA (6/11)
que en grupo placebo/t-IA (1/10). No hubo diferencia en las HIC sintomática.
A pesar de que las tasas de recanalización son mayores en la terapia
combinada que en la t-IA sola, no se demostró un mejor resultado neurológico
(31). Los resultados preliminares de la fase II de este estudio sugieren
que la terapia combinada presenta mejores tasas de recanalización y
de mejoría neurológica que la terapia intravenosa aislada (33).
Complicaciones
Las complicaciones del procedimiento angiográfico diagnóstico
en centros experimentados son bajas, se describen tasas de morbilidad y de
mortalidad de 1.4% y de 0.02% respectivamente (11).
La transformación hemorrágica en pacientes sometidos a t-IA
es la complicación potencialmente más grave. Se estima, en general,
que los riesgos de HIC sintomática son de 8.3% en la t-IA de territorio
carotídeo y de 6.5% en el territorio vértebro basilar (6). Los
factores predictores independientes de hemorragia son: déficit neurológico
severo cuantificado en la escala de NIHSS al inicio del tratamiento, mayor
tiempo en obtener la recanalización, bajo recuento de plaquetas e hiperglicemia
> 200 mg/dl (34,35). La presencia de micro hemorragias antiguas visibles
en la secuencia ponderada en gradientes de la RM encefálica puede predecir
el riesgo de transformación hemorrágica (36).
Los estudios con RM encefálica han demostrado la existencia de un
daño tisular encefálico tardío por reperfusión.
En 8 de 18 pacientes (44%) que fueron sometidos a una t-IA se comprobó
la normalización precoz de las alteraciones previas de la difusión
DW1, sin embargo, en 5 de ellos se presentó una lesión tardía
en la RM efectuada a los 7 días. Los valores más bajos del coeficiente
de difusión aparente (CDA) en la RM previa a la trombólisis
se relacionaron con zonas no reperfundidas o con zonas que presentaron un
daño tardío (37).
Indicaciones y factores pronósticos
Por el momento, el rtPA es el único agente trombolítico disponible
en el mercado para realizar t-IA y, a pesar de la ausencia de publicaciones
de estudios controlados, es la droga utilizada por la mayoría de los
centros que realizan este procedimiento.
La t-IA es un tratamiento disponible para los pacientes con infarto encefálico
de territorio de la arteria cerebral media de 3-6 horas de evolución
y de infarto del territorio vértebro basilar en el que la ventana terapéutica
no está establecida claramente.
El primer parámetro que evalúa en forma inmediata el resultado
de la t-IA es la restauración del flujo arterial, sin embargo, no siempre
existe correlación clínica radiológica (6). La recanalización
varía con el sitio de oclusión y con la presencia de colaterales,
en general, el compromiso de la ACM distal a las arterias estriadas se asocia
a un mejor resultado que la oclusión del segmento carotídeo
supraclinoídeo que se extiende a la porción proximal de la ACM
y de la ACA (lesiones en T). La oclusión de la ACI es la con resultados
más deficientes (6).
La t-IA puede ser eficaz en situaciones en que la t-IV tiene mayor riesgo
de complicaciones como en pacientes con una hemorragia extracraneana, cirugía
o punción arterial reciente (11). Se ha empleado sin complicaciones
en infartos encefálicos desarrollados durante el post-operatorio de
pacientes sometidos a cirugía cardíaca (38).
Se ha descrito el uso de t-IA y t-IV en un pequeño número de
pacientes con infarto encefálico secundario a una disección
arterial cervical, sin complicaciones locales ni sistémicas (39).
La t-IA supraselectiva se ha empleado con éxito en pacientes con isquemia
retiniana, reportándose una recuperación de la agudeza visual
superior a los controles históricos (40).
Conclusiones
En este momento, la t-IV con activador del plasminógeno
tisular recombinate es la única terapia aprobada para el tratamiento
del infarto encefálico en Estados Unidos de Norteamérica. La t-IA
es una técnica prometedora, en pleno desarrollo en el tratamiento del
infarto encefálico. Tiene la ventaja de utilizar menores dosis de trombolíticos
con lo que se pretende disminuir las complicaciones sistémicas, además
de la capacidad de evaluar inmediatamente la eficacia de la recanalización
arterial. Sin embargo, la t-IA conlleva los riesgos propios de la angiografía
encefálica y requiere la disponibilidad inmediata de un equipo médico
especializado. El objetivo final de esta nueva arma terapéutica es mejorar
el pronóstico funcional de los pacientes con un infarto encefálico.
Tabla 1 (2)
National Institutes of Health Stroke Scale (NIHSS)
|
Evaluación
|
Respuesta |
Puntaje |
Evaluación |
Respuesta |
Puntaje |
1ª. conciencia
|
alerta
|
0 5.
|
respuesta motora brazo
|
normal
|
0
|
|
no alerta
|
1
|
a. Izquierda
|
cae < 10 s
|
1
|
|
inconsciente
|
2
|
b. Derecha
|
cae > 10s
|
2
|
1b. 2 preguntas |
2 correctas
|
0
|
|
no vence gravedad
|
3
|
|
1 correcta
|
1
|
|
plejia
|
4
|
|
ninguna correcta
|
2 6.
|
respuesta motora pierna normal
|
|
0
|
1c. 2 órdenes |
2 correctas
|
0
|
a. Izquierda
|
cae < 5 s
|
1
|
|
1 correcta
|
1
|
b. Derecha
|
cae > 5 s
|
2
|
|
ninguna correcta
|
2
|
|
no vence gravedad
|
3
|
2. mirada
|
normal
|
0
|
|
plejia
|
4
|
|
parálisis parcial
|
1 7
|
ataxia
|
ausente
|
0
|
|
parálisis total
|
2
|
|
una extremidad
|
1
|
3. campo visual |
normal
|
0
|
|
dos extremidades
|
2
|
|
hemianopsia parcial
|
1 8.
|
sensibilidad
|
normal
|
0
|
|
completa
|
2
|
|
hipostesia leve
|
1
|
|
bilateral
|
3
|
|
hipostesia severa
|
2
|
4. parálisis facial |
normal
|
0 9.
|
lenguaje
|
normal
|
0
|
|
leve
|
1
|
|
afasia leve
|
1
|
|
parcial
|
2
|
|
afasia severa
|
2
|
|
completa
|
3 10
|
disartria
|
normal
|
0
|
|
|
|
|
leve
|
1
|
|
|
|
|
severa
|
2
|
|
|
11
|
extinción/inatención
|
normal
|
1
|
|
|
|
leve
|
|
1
|
|
|
|
severa
|
|
2
|
Tabla 2
Índice de Barthel (5)
|
Comer
|
|
Micción (valorar semana previa) |
|
independiente |
10
|
continente
|
10
|
ayuda parcia |
5
|
ocasional: incontinencia en 24 h |
5
|
dependiente |
0
|
incontinente |
0
|
|
Lavarse |
|
Uso de retrete |
|
independiente |
5
|
independiente |
10
|
dependiente |
0
|
ayuda para limpiarse |
5
|
|
|
dependiente |
0
|
|
|
Vestirse
|
|
Trasladarse (sillón/cama) |
|
independiente |
10
|
independiente |
15
|
ayuda parcial |
5
|
mínima ayuda |
10
|
dependiente |
0
|
gran ayuda pero se sienta sin ayuda |
5
|
|
|
dependiente, no puede permanecer sentado |
0
|
|
|
Arreglarse
|
|
Subir escaleras |
|
independiente
|
5 |
independiente |
15 |
dependiente |
0 |
ayuda parcial |
5 |
|
|
dependiente |
0 |
|
Deambulación |
|
Defecación ( valorar semana previa) |
|
independiente, camina 50 mt |
15
|
continente |
|
ayuda para caminar 50 mt |
10
|
1 incontinencia en 24 hr |
10
|
independiente en silla de ruedas |
5
|
incontinente |
5
|
dependiente |
0
|
|
0
|
Tabla 3 (8)
Drogas trombolíticas
|
|
Vida media
(minutos)
|
acción
|
afinidad fibrina
|
Primera generación |
Uroquinasa |
13-15
|
directa
|
|
Streptoquinasa |
18-23
|
indirecta
|
NA
|
Segunda generación |
Pro-uroquinasa |
20
|
directa
|
++
|
rtPA |
3-5
|
|
++
|
Tercera generación |
Reteplase |
15-18
|
directa
|
+
|
Lanoteplase |
23
|
directa
|
+
|
Tecneteplase |
20
|
directa
|
+++
|
Tabla 4 (41)
Trombolisis en Infarto del Miocardio-TIMI
|
TIMI 0
|
Oclusión completa
|
TIMI 1
|
Oclusión incompleta (mínima perfusión)
|
TIMI 2
|
Recanalización parcial |
TIMI 3
|
Recanalización completa |
Tabla 5 (27)
Criterios de Inclusión y Exclusión PROACT II
|
Criterios de Inclusión
1. Signos neurológicos dependientes de la oclusión
de la ACM de menos de 6 horas de evolución al inicio del tratamiento.
2. Evaluación en la escala de NIHSS mínimo de 4, excepto
afasia pura o hemianopsia.
3. Edad entre 18 y 85 años.
Criterios de Exclusión
1. Evaluación en la escala de NIHSS mayor de
30.
2. Coma.
3. Rápida mejoría neurológica antes de iniciar el
tratamiento.
4. Antecedente de infarto cerebral hasta 6 semanas anteriores.
5. Antecedente de convulsiones al inicio del déficit neurológico.
6. Presentación clínica sugerente de hemorragia subaracnoídea
(HSA).
7. Antecedente de HIC, neoplasia o HSA.
8. Sospecha de accidente vascular encefálico tipo lacunar.
9. Embolia séptica.
10. Antecedente de cirugía, biopsia, trauma o punción lumbar
en los 30 días anteriores.
11. Antecedente de traumatismo encéfalo craneano en los 90 días
anteriores.
12. Antecedente de hemorragia activa o reciente en lo últimos 30
días.
13. INR basal mayor de 1.7, TTPK mayor de 1,5 o recuento de plaquetas
menor de 100.000.
14. Antecedente de sensibilidad al medio de contraste.
15. Hipertensión arterial no controlada, definida por una presión
sistólica mayor de 180 mmHg o una diastólica mayor o igual
a 100 mmHg en tres mediciones separadas por 10 minutos o que requiera
terapia IV continua.
16. Criterios de exclusión tomográficos: HIC, tumor cerebral
excepto meningiomas pequeños y signos precoces de infarto extenso
(efecto de masa con desviación de la línea media, lesiones
hipodensas parenquimatosas o aplanamiento de los surcos corticales en
más de un tercio del territorio de la ACM.
|
Tabla 6
Escala modificada de Rankin (28)
|
Grado |
Descripción |
0
1
2
3
4
5
|
Asintomático
Incapacidad no significativa a pesar de los síntomas, capaz de
realizar todas las actividades de la vida diaria.
Incapacidad leve, incapaz de realizar actividades previas pero capaces
de desenvolverse sin asistencia.
Incapacidad moderada, requiere algún tipo de ayuda pero capaz de
caminar sin asistencia.
Incapacidad moderadamente severa, incapaz de caminar sin ayuda, no autovalente.
Incapacidad severa, necesita asistencia permanente.
|
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