Introducción.
El diagnóstico de la disección cerebrovascular es cada
día más frecuente debido a la sospecha del clínico
y el advenimiento de nuevas técnicas diagnósticas.
La disección se produce por el ingreso de sangre a la pared
arterial con formación de un hematoma intramural, éste
puede localizarse en relación a la íntima (subintimales),
o en relación a la adventicia (subadventiciales). Los primeros
dan síntomas por obstrucción del lumen, los segundos por
compresión de estructuras vecinas o por extravasación
de sangre. Ambos puedes dar embolías a arterias intracraneanas.
No está clara la causa de la hemorragia intramural, se postula
que los subintimales se producen por desgarros de la íntima y
los subadventiciales por sangrado de los vasa-vasorum (1).
Epidemiología.
Las disecciones carotídeas tienen una incidencia anual de 2,6/100.000
hab. (2), se desconocen los datos para el territorio vertebral. Se trata
de una patología de gente joven, presentándose habitualmente
entre los 30 y 50 años, también se ha descrito en niños
y adultos mayores (3).
Corresponde a un 2,5 % de las etiologías de los accidentes cerebro
vasculares isquémicos (4). En los pacientes menores de 60 años
es causa de hasta un 22% de ellos (5,6).
El sitio más frecuente de las disecciones es la porción
extracraneana de los vasos. La Tabla 1 resume la localización
y segmentos afectados. Se ha reportado que el compromiso de múltiples
arterias puede alcanzar hasta un 60% de los casos ( 7).
Tabla 1
Distribución de disecciones cerebrovasculares (7)
Extracraneana 90%
|
Intracraneana 10%
|
- ACI 75 % 2 cm distal a la bifurcación
|
- ACI segmento supraclinoideo, Tronco ACM
|
- AV 25% segmentos V3 , V1
|
- AV segmento V4
|
ACI: arteria carótida interna; AV: arteria vertebral;
ACM: arteria cerebral media
|
Etiología.
La causa más frecuente es la idiopática y en segundo
lugar la traumática. En relación a las disecciones espontáneas
(no traumáticas), se han descrito varias arteriopatías
primarias como factores predisponentes: la displasia fibromuscular (DFM)
está presente en un 15 a 20% de los casos, también se
ha relacionado con el síndrome de Marfan, Ehlers-Danlos tipo
IV, necrosis quística medial, déficit a 1 antitripsina,
osteogénesis imperfecta, homocisteinemia y pseudoxantoma elasticum
(7, 8). Un estudio con microscopía electrónica mostró
anormalidades del tejido conectivo (fibras colágenas y elásticas)
en un 68% de los pacientes con disección espontánea (9).
Numerosas publicaciones han mostrado la asociación entre trauma
cervical menor y esfuerzos físicos significativos con disecciones
cerebrovasculares (25 a 41% de los casos). Se ha descrito en relación
a: tos, vómito, parto, levantamiento de pesas, empujar vehículos,
maniobras quiroprácticas en cuello, flexo-extensión cervical
de los rockeros, uso prolongado del teléfono con flexión
de cuello y rotaciones cervicales (10, 16).
Más controvertida es la asociación de esta patología
con factores predisponentes como el uso de anticonceptivos orales, hipertensión
arterial, tabaquismo, embarazo y migraña (17, 19 ).
Un factor independiente de alta significancia es la presencia de antecedentes
familiares de disecciones vasculares, los cuales están presentes
hasta en un 18% de los casos (20, 22). El antecedente de disección
cerebrovascular en un miembro de la familia aumenta 6.6 veces el riesgo
de una disección vascular respecto a la población general
(21).
Clínica
La tríada clínica clásica de la disección
carotídea es: cefalea ipsilateral, síntomas o signos de
isquemia cerebral y síndrome de Horner ipsilateral. Sin embargo
la presencia de los tres síntomas llega sólo a un 20%.
El clínico debe tener un alto grado de sospecha para diagnosticar
esta patología.
La cefalea está presente en un 75% de los casos, puede ser constante
o pulsátil, holo o hemicránea, en general severa, fluctuante
y puede llegar a durar hasta 3 meses, afectando no sólo la cabeza
sino también el cuello, mandíbula e incluso faringe. Los
síntomas o signos de eventos cerebrovasculares pueden ser crisis
isquémicas transitorias (TIA) o accidentes vasculares encefálicos
(AVE), pueden seguir en minutos a días a la cefalea. Se han descrito
como única manifestación de la disección. Están
presentes en el 70% de los casos y pueden comprometer cualquier territorio,
presentándose como amaurosis fugax, síntomas motores o
sensitivos, afasias o déficits de campo visual. Cuando se afectan
las arterias vertebrales, la cefalea tiende a ser occipital y con mayor
frecuencia provoca un infarto dorsolateral de bulbo (síndrome
de Wallenberg) (7).
En la tabla 2 se resumen la frecuencia de los síntomas en disección
carotídea. Cuando hay crecimiento de la pared vascular, se comprometen
estructuras vecinas, por ejemplo el plexo simpático pericarotídeo,
lo que provoca el síndrome de Horner, y/o los nervios craneanos,
los cuales se afectan en el siguiente orden de frecuencia XIIº,
IXº, Xº, XIº, Vº, VIIº (cuerda del tímpano),
VIº y IIIº. Hay autores que postulan que otro posible mecanismo
para el compromiso de los nervios craneanos es su isquemia (23).
Cuando la disección afecta a los vasos intracraneanos puede
manifestarse por hemorragia subaracnoídea, dado que los vasos,
al cruzar la duramadre, pierden la membrana elástica externa
y tienen una adventicia más delgada (17, 23).
Se desconoce el porcentaje de disecciones asintomáticas, pero
se han detectado hasta un 5% de disecciones carotídeas asintomáticas
en estudio de disecciones vertebrales sintomáticas (3).
Tabla 2
Frecuencia de los síntomas en disección carotídea
(3)
Cefalea ipsilateral
|
58 - 92%
|
Isquemia cerebral
|
63 - 90%
|
Síndrome de Horner
|
9 - 75%
|
Cervicalgia
|
18 - 46%
|
Soplo subjetivo
|
12 - 39%
|
Sensibilidad cutánea
|
8 - 27%
|
Sensibilidad ACI
|
8 -19%
|
Paresia nervios craneales
|
5 -12%
|
Otros:
|
- Síncope
- Amaurosis fugax
- Edema cervical
- Disgeusia
|
Diagnóstico
En la actualidad se utilizan tres técnicas radiológicas
para confirmar la sospecha clínica de una disección cerebrovascular:
la ultrasonografía (US), la imagen por resonancia magnética(RM)
y la angiografía por sustracción digital.
Ultrasonido: El uso complementario de las técnicas de
doppler y duplex carotídeo con el doppler transcraneano tienen
una sensibilidad de un 95% (24). Es mayor en los casos de oclusión
total o estenosis severa. Sus principales desventajas son la ausencia
de hallazgos patognomónicos de disección y su limitación
para diagnosticar una disección intracraneana. En la actualidad
se usa fundamentalmente para el seguimiento de los pacientes y como
"screening" inicial. No hay estudios sobre su especificidad. Los hallazgos
que puede mostrar son: oclusión, estenosis, émbolos, "flap"
ecogénico, trombo, y "tappering" (oclusión longitudinalmente
progresiva) (24).
Resonancia Nuclear Magnética: Hoy en día, es la
técnica de elección para el estudio de las disecciones
cerebrovasculares, debido a su alta sensibilidad y especificidad (tabla
3), combinar imágenes cerebrales y vasculares y ser un estudio
no invasivo. Otras ventajas son: permite visualizar el hematoma intramural,
la expansión de la pared arterial y la relación con los
parénquimas vecinos. Entre sus desventajas se cuentan su costo
y la aún limitada accesibilidad al examen. Aporta poca información
sobre el grado de estenosis y formación de pseudoaneurismas.
Los hallazgos habituales en la resonancia magnética son: el
signo de la creciente (semiluna de hiperintensidad en secuencias T2
que corresponde al hematoma intramural, alrededor de la señal
de vacío por flujo del vaso), hiperseñal del vaso, pobre
o nula visualización del vaso y compresión del lumen.
La angioresonancia puede mostrar: disminución del lumen, sangre
en un falso lumen o la presencia de un "flap".
Tabla 3
Sensibilidad y Especificidad de la RM en el estudio de las disecciones
cerebrovasculares (25)
|
|
Sensibilidad
|
Especificidad
|
Disección Carotídea
|
Resonancia Magnética
|
84%
|
99%
|
|
Angioresonancia
|
95%
|
99%
|
|
Resonancia+Angioresonancia
|
95%
|
99%
|
Disección vertebral
|
Resonancia Magnética
|
60%
|
98%
|
|
Angioresonancia
|
20%
|
100%
|
Angiografía: A pesar de los avances con técnicas
no invasivas, la angiografía por sustracción digital sigue
siendo el "gold standard" para el diagnóstico de esta patología.
Tiene una alta sensibilidad y especificidad, permite diagnosticar disecciones
múltiples, arteriopatías subyacentes (ej.: DFM), obstrucción
de ramas distales por embolías y visualizar un compromiso intracraneano.
Se describen los siguientes signos: estenosis (signo de la cuerda),
"tappering", dilatación aneurismática, "flap" intimal,
tortuosidad, estenosis subcraneana distal y la presencia de un doble
lumen.
Tratamiento.
No existe ningún trabajo prospectivo, randomizado y controlado
sobre el tratamiento de las disecciones cerebrovasculares. Todas las
recomendaciones derivan de reportes de casos, opiniones de expertos
y series pequeñas, la mayor de ellas de 80 pacientes (26). Se
trata de evidencia clase C.
Anticoagulación
La mayoría de los autores la recomienda como tratamiento en
pacientes con signos de isquemia encefálica o evidencias angiográficas
de embolías intracraneanas (14-17, 26, 30-35). La morbimortalidad
asociada a la disección vascular se debe a infartos cerebrales
por embolías desde el sitio de la disección y por trombosis
in situ (27-29). No hay consenso respecto al uso de anticoagulantes
en pacientes asintomáticos o que sólo presenten síntomas
locales. Dado que el 73% de estos pacientes presentarán eventos
de isquemia encefálica (TIA o AVE) dentro del primer mes (26),
es razonable indicarlos.
La anticoagulación se debe iniciar lo antes posible ya que el
82% de los accidentes cerebrovasculares ocurren el los primeros 7 días,
aunque se han descrito hasta un mes después del inicio de los
síntomas y que pueden recurrir hasta el tercer mes (26). A pesar
de la anticoagulación, pueden presentarse nuevos síntomas
de isquemia encefálica hasta en un 14% de los casos (14, 17,
26). La anticoagulación se inicia vía endovenosa con heparina,
llevando el tiempo de tromboplastina parcial activado (TTPK) a 1,5 a
2 veces del valor basal del paciente y luego se traslapa a anticoagulante
oral, llevando un "international normalized ratio" (INR) entre 2 y 3.
Las contraindicaciones para la anticoagulación son las generales
y la presencia de infarto cerebral de gran extensión clínica
o radiológica. En el caso particular de las disecciones cerebrovasculares,
se contraindica la anticoagulación cuando ella es intracraneana,
debido al alto riesgo ruptura vascular y hemorragia subaracnoídea
(36, 37). El riesgo de extensión de la disección con el
uso de anticoagulantes es teórico, sólo se han descrito
casos aislados (7).
Se recomienda un tratamiento mínimo de tres meses (4, 15). En
este tiempo se produce la resolución de la mayoría de
las lesiones. Se sugiere un control imagenológico, y de persistir
una estenosis hemodinámicamente significativa o un aneurisma
disecante, mantenerlo por otros tres meses. La resolución de
la disección es improbable después de los 6 meses (7).
Antiagregantes plaquetarios
La utilidad de los antiagregantes plaquetarios, al igual que la anticoagulación,
no ha sido demostrada en esta patología. Sin embargo, se recomienda
su uso en los casos en que existe contraindicación para la anticoagulación
(8).
Cirugía
La cirugía se ha limitado a los siguientes casos: recurrencia
de síntomas isquémicos a pesar de la anticoagulación,
aneurisma disecante expansivo y HSA. Las técnicas utilizadas
han sido: ligadura del vaso proximal, "by-pass" extra-intracraneano
y resección del aneurisma con reconstrucción arterial
con injerto. Anecdóticas son las publicaciones respecto a las
técnicas de radiología intervencional en esta patología
(7, 8).
Trombolisis
No hay evidencia de que el pronóstico, tanto para mejoría
como morbi-mortalidad, sea diferente en el subgrupo de accidentes cerbrovasculares
secundarios a disección carotídea, con el uso de activador
del plasminógeno tisular (tPA) endovenoso (38).
Pronóstico.
Se considera a las disecciones cerebrovasculares como una patología
de buen pronóstico. Hasta un 85 % de los casos presentan una
recuperación completa o déficit neurológico menor.
La mortalidad es de un 5% y la morbilidad con secuela neurológica
mayor de hasta un 20% (7, 14, 17). En general el síndrome de
Horner tiende a persistir (7).
Se consideran factores de mal pronóstico: un infarto extenso,
disecciones traumáticas, la disección intracraneana y
la complicación con HSA (7, 14, 17).
El riesgo de recurrencia es de un 2% el primer mes y desde entonces
de 1% anual, es más frecuente en los pacientes jóvenes
y con antecedentes familiares de disección. Generalmente afecta
a las arterias no comprometidas previamente (3).
Respecto a las secuelas anatómicas, hay resolución de
las estenosis en el 80% de los casos, de las oclusiones totales en el
40% y de los aneurismas en un 40%. El tiempo promedio de la reparación
es de dos meses, pero se han reportado casos de hasta 6 meses (16, 24).
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