En 1950, Peters y colaboradores describieron en 3 pacientes con diferentes
enfermedades del sistema nervioso central un síndrome caracterizado
por hiponatremia y natriuresis exagerada a pesar de la depleción
de volumen, sin claras evidencias de una alteración del eje pituitario-adrenal
(1). Plantearon que el trastorno del SNC causaba una incapacidad de los
riñones de retener sal, lo que conducía a una depleción
de sal y por ende, a una depleción de volumen. Aunque este fenómeno
fue también observado por otros autores, la identificación
del Síndrome de secreción inapropiada de ADH ( SIADH ) por
Schwartz y colaboradores en 1957 hizo se pensara que ambos sindromes eran
parte de uno mismo y que no se continuara con su estudio. Sin embargo, en
la década de los ochenta empezaron a describirse pacientes con una
amplia variedad de enfermedades del SNC, incluyendo TEC, infecciones, hemorragias
y tumores, que cursaban con hiponatremia, pero que no cumplían con
todos los criterios del SIADH (2). La característica fundamental
de estos pacientes era la depleción de volumen, más que la
euvolemia o hipervolemia. Esto motivó el reestudio de este síndrome
del cual aún en la actualidad existen dudas en su mecanismo patogénico.
La correcta diferenciación entre CSWS y SIADH es fundamental,
ya que tienen un diferente tratamiento. Por ejemplo, la restricción
de volumen en pacientes con CSWS aumenta la posibilidad de que desarrollen
isquemia e infarto cerebral (3). Más interesante es el hecho que
algunos autores, sugieren que este síndrome, el CSWS, parece ser
más frecuente que el SIADH en los pacientes neuroquirúrgicos
(4).
Mecanismos:
Aunque probablemente el SNC participe por vía humoral y/o neural
en la disminución de la reabsorción de sodio en los segmentos
tubulares del nefrón, aún no existe completa claridad
respecto de su patogenia. Más aún, algunos autores han
planteado que este fenómeno tendría una razón teleológica
para evitar el aumento de la presión intracraneana en enfermedades
del SNC.
Factores natriuréticos: tres son los péptidos
natriuréticos que se conocen: ANP (atrial natriuretic peptide,
BNP (brain natriuretic peptide) y CNP. Sólo el ANP se ha estudiado
con detalle en el CSWS.
El ANP produce natriuresis por diferentes mecanismos que incluyen:
aumento de la filtración glomerular, inhibición de la
reabsorción en el túbulo contorneado distal y colector
por bloqueo de los canales de sodio sensibles a Amiloride, disminución
de la secreción de Renina y Aldosterona, y contrarresta los efectos
de ADH. A nivel intracelular, el ANP actúa a través del
segundo mensajero GMP cíclico.
Se ha descrito que el ANP se encuentra elevado en un porcentaje significativo
de los pacientes en que se ha planteado un CSWS.
En contra del rol del ANP en el CSWS están las evidencias que:
- No en todos los pacientes se encuentra elevado el ANP.
- Las concentraciones de ANP son 10 mil veces menores en el SNC que
en el corazón, lo que hace improbable que el aumento provenga
del SNC.
- Solo algunos autores han encontrado relación significativa
entre niveles de ANP y la natremia.
En modelos experimentales se ha planteado que el aumento de la natriuresis
pudiese provenir del aumento de la secreción del ANP cardiaco,
ya que el SNC modula su secreción, y así en ciertas condiciones
se produciría una excesiva secreción de éste.
En resumen, el ANP circulante puede tener un rol importante en la génesis
del CSWS, pero en presencia de otros factores asociados (5).
No han sido estudiados con detalle los otros factores natriuréticos
en el CSWS, y existen solo informes aislados de su elevación
en este síndrome.
Sistema nervioso simpático: la disminución de
la actividad de los nervios renales simpáticos produce un aumento
de la natriuresis y diuresis, a través de un aumento del flujo
sanguíneo renal, disminución de la liberación de
Renina y disminución de la reabsorción tubular de sodio.
Debido a que el sistema simpático participa fundamentalmente
en la reabsorción a nivel tubular proximal, no sólo la
reabsorción de sodio se afecta, si no también la de otras
moléculas tales como el ácido úrico. Es por esto
que la hipouricemia es una característica importante del CSWS.
En condiciones de daño cerebral agudo puede ocurrir un bloqueo
simpático, como se observa en el shock espinal. Sin embargo,
en cuadros como la hemorragia subaracnoidea se ha descrito en sus etapas
precoces una hiperactividad simpática. Lo que hace improbable
que el CSWS se deba sólo a una disminución de la actividad
simpática.
Consideraciones fisiopatológicas:
Cualquiera que sea el mecanismo que produzca una pérdida exagerada
de sodio y agua, ya se ha por efecto del ANP y/o defecto simpático,
la presencia de una hipovolemia significativa, que corresponde a una
disminución mayor de un 7% del volumen circulante efectivo, producirá
una elevación de la ADH a pesar de la hiponatremia. Por lo tanto,
estos pacientes tendrán una ADH elevada, pero apropiada por la
hipovolemia (6).
Por el contrario, no presentan activación del sistema Renina-Angiotensina-Aldosterona
por el efecto bloqueador del ANP en su secreción, como se ha
demostrado midiendo los niveles plasmáticos de Aldosterona y
la actividad de Renina plasmática que son normales, pero inapropiados
para el nivel de volemia de estos pacientes (7). Así se explica
un hecho caraterístico del CSWS, el hipoaldosteronismo hiporeninémico.
Correlación anatómica:
SNC: no se ha demostrado que una determinada localización
de las lesiones del SNC produzcan un CSWS, pero ha existido una tendencia
a asociarlo con daño del hipotálamo.
En estudios experimentales se ha demostrado que: una lesión
en el bulbo raquídeo ocasiona natriuresis y poliurea, y que la
inyección de sangre en el líquido cefaloraquídeo
ocasiona natriuresis (8).
Renal: En un caso de CSWS en que se realizó una biopsia
renal, se describe sólo una degeneración inespecífica
del túbulo distal, sin detectarse alteraciones vasculares, glomerulares
ni intersticiales; lo que sería concordante con un trastorno
funcional (9). Sin embargo, debido a los múltiples efectos directos
e indirectos del ANP y del sistema simpático en el riñón
podrían ser afectados diferentes segmentos del nefrón.
Manifestaciones Clínicas:
Los síntomas, consecuencia de la depleción de volumen
y del balance negativo de sodio, son anorexia, náuseas, vómitos,
debilidad, letargia, ortostatismo y apatía. Los signos, dependientes
de la depleción de volumen, sequedad de piel y mucosas, taquicardia
e hipotensión. Sin embargo, ningún parámetro clínico
permite evaluar acuciosamente el estado del volumen circulante efectivo,
lo cual es más valedero en un paciente en UTI. En pacientes no
edematosos hiponatrémicos, la evaluación clínica
del estado del volumen circulante efectivo es acertada solo en un 50%
de ellos (6). El CSWS tiende a ser transitorio, generalmente se resuelve
después de 3 a 4 semanas.
Diagnóstico diferencial:
Las características fundamentales del CSWS son la presencia
de hiponatremia, hipoosmolaridad plasmática, osmolaridad urinaria
mayor que osmolaridad plasmática, natriuresis excesiva y depleción
de volumen.
El diagnóstico diferencial se debe hacer fundamentalmente con
el SIADH, ya que ambos síndromes se presentan como hiponatremia
en pacientes con enfermedades del SNC.
El hallazgo de depleción de volumen es fundamental, basándose
no sólo en signos clínicos, sino también en mediciones
tales como: peso corporal, presión venosa central (PVC), presión
de capilar pulmonar (PCP), presión arterial, volumen sanguíneo
y/o plasmático y hematocrito. Los cambios ortostáticos
de la presión arterial y frecuencia cardiaca pueden ser de utilidad,
sin embargo algunos pacientes con patología encefálica
cursan con falla del sistema autonómico y por lo tanto estos
cambios no son confiables. Cuando se realizan estas mediciones deben
considerarse: las drogas que el paciente está recibiendo, la
patología de base del SNC y las condiciones mórbidas asociadas.
Las mediciones plasmáticas de ADH, Aldosterona ni Renina no
son útiles para la diferenciación entre CSWS y SIADH.
Así mismo, tampoco es de utilidad la medición de ANP ya
que tanto en el CSWS como en el SIADH se encuentra elevada. En el último
por el aumento de la volemia. El nivel de potasio plasmático
se encuentra en ambos síndromes en rango normal alto secundario
al hipoaldosteronismo (10).
Con relación a los marcadores de función renal, tales
como creatinina, BUN, uricemia, razón BUN/creatinina, sólo
son de utilidad en los casos en que existe una marcada depleción
de la volemia. Debido a que algunos de estos marcadores son dependientes
de la degradación proteica, éstos pueden elevarse en el
daño encefálico agudo, por un hipercatabolismo proteico
en las primeras etapas de éste.
La hipouricemia mencionada previamente como de significativa utilidad
para el diagnóstico del SIADH, también se observa en el
CSWS. En este ultimo se debe a un defecto de la reabsorción del
ácido úrico en el túbulo proximal. Sí, es
de utilidad para la diferenciación entre ambos síndromes,
que la mejoría de la natremia en el SIADH es concomitante con
la mejoría de la uricemia, no así en el CSWS en que la
hipouricemia persiste por un período prolongado (6).
La excreción urinaria de sodio se encuentra elevada en el CSWS.
En el SIADH, sin embargo se encuentra en balance con los ingresos orales
y endovenosos de sodio. En consecuencia, es de mayor utilidad la medición
del sodio urinario de 24 horas y efectuar una balance de sodio de 24
horas.
Finalmente, en los casos de difícil diagnóstico se recomienda
realizar una prueba terapéutica con suero fisiológico,
que aumentará significativamente y por un período prolongado
la natremia en el CSWS, no así en el SIADH.
En las tablas 1 y 2 se encuentra un cuadro resumen de las semejanzas
y diferencias entre el CSWS y el SIADH.
Tratamiento:
Los objetivos de la terapia son: la corrección de la volemia
y la normalización gradual de la natremia.
La corrección de la volemia puede efectuarse con suero fisiológico
y/o coloides (11 ). No se recomienda el uso de suero hipertónico
por la excesiva pérdida que se producirá por vía
urinaria, lo que puede complicar el manejo.
El aporte de sangre se recomienda en los pacientes con hematocrito
menores de 33% y patología cardiaca asociada.
Para la corrección del balance de sodio, se recomienda el uso
de 10 a 12 gramos de sodio diarios, preferentemente por vía enteral
u oral.
El uso de mineralocorticoides tipo fludrocortisona en dosis de 0,2
mg dos veces al día, se reserva para los casos de difícil
control, pero debe tenerse en cuenta sus efectos colaterales como hipertensión,
hipokalemia y edema pulmonar. Se ha planteado su utilización
precoz en pacientes de mayor edad sin patología cardiovascular
(12).
La terapia debe monitorizarse cuidadosamente a través del peso
corporal, balance hídrico, balance de sodio y la natremia. En
los casos que lo amerita debe hacerse un registro de las presiones venosas.
Tabla 1
Semejanzas entre CSWS y SIADH.
|
CSWS/ SiADH
|
Concentración de Sodio plasmático
|
Disminuida
|
Osmolalidad plasmática
|
Disminuida
|
Concentración de Sodio urinario
|
Aumentada
|
Osmolalidad urinaria
|
Aumentada
|
Tabla 2
Diferencias entre CSWS y SIADH.
|
CSWS
|
SIADH
|
Síntomas y signos de hipovolemia
|
Presentes
|
Ausentes
|
Peso Corporal
|
Disminuido
i i
|
Aumentado o Normal
|
Presión Venosa Central
|
Disminuida
i i
|
Aumentada o Normal
|
Presión de capilar pulmonar
|
Disminuida
i i
|
Aumentada o Normal
|
Hematocrito
|
Aumentado
h
|
Disminuido o Normal
|
Sodio urinario de 24 hrs
|
Aumentado
hhhh
|
Variable
|
Balance de sodio
|
Negativo
|
Variable
|
REFERENCIAS:
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with cerebral disease. Trans Assoc Am Physicians 63: 57-64, 1950.
- Nelson PB, Seif SM, Maroon JC, Robinson AG. Hyponatremia in intracranial
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hormone (SIADH). J Neurosurg 55:938-941, 1981.
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- Maesaka JK, Gupta S, Fishbane S. Cerebral salt wasting syndrome. Does
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