La Levodopa es el fármaco más efectivo y el centro de referencia
para otras medidas terapéuticas en esta enfermedad. Sin embargo cada
vez se hace más necesario buscar nuevos fármacos y alternativas
quirúrgicas pues la Levodopa pierde efectividad o aparecen efectos
secundarios intolerables. El efecto beneficioso inicial disminuye a los
2 años en el 50% de los pacientes (4). Hay, en cambio, pacientes
que reciben Levodopa desde hace más de 2 décadas y aún
se benefician pero constituyen una minoría (4). Lo usual es que se
agraven y disminuya la duración o intensidad del beneficio. En los
primeros meses de tratamiento el paciente no percibe el inicio ni declinación
del efecto en cada dosis y puede sentir una mejoría persistente con
dos dosis diarias a pesar de las variaciones correspondientes del nivel
plasmático de Levodopa. Después de meses o años el
efecto desaparece antes de la dosis siguiente. A las 2 a 3 horas puede ya
ocurrir una pérdida dramática o total de éste, en 20
minutos o menos y no puede evitarse con dosis muy seguidas pues causa disquinesias
o estados confusionales (4). Por lo tanto, la pérdida permanente
de efecto, el acortamiento de su duración (también llamado
"wearing off") o las fluctuaciones rápidas de éste (llamado
"on-off"), como la aparición de disquinesias y otros efectos colaterales,
que están presentes en la mayoría de los pacientes después
de cinco años de tratamiento, hace necesario buscar otras alternativas
terapéuticas. También hay sintomatología que responde
poco a la Levodopa como las alteraciones del habla, de la deglución,
la salivación, y sudoración excesivas, alteraciones esfinterianas
y las caídas súbitas al suelo, en etapas tardías. Esta
última puede incluso aumentar con la Levodopa habiendo más
caídas al sentirse con menos hipoquinesia e intentar caminar más.
Se ha establecido que las fluctuaciones motoras ya sea por acortamiento
en la duración de la Levodopa ("wearing off") o por las variaciones
rápidas e inesperadas de éstas ("on-off") no guardan relación
con el nivel plasmático de Levodopa (5). Tampoco las disquinesias
se correlacionan necesariamente con éste. Son más bien,
expresión de una hipo o hiper-respuesta de los receptores dopaminérgicos
en el cerebro, situación que analizaremos más adelante.
Como es sabido, para disminuir la ingesta de Levodopa ésta se
administra junto a un inhibidor de la decarboxilasa que bloquea su transformación
en dopamina a nivel periférico (y por esto prácticamente
siempre que nos referiremos a la Levodopa como fármaco está
implícito que se administra junto a un inhibidor de la decarboxilasa
que puede ser carbidopa o benzeracida). En la Enfermedad de Parkinson
se requiere para esto 75 a 100 mg. de carbidopa diaria o una proporción
de 1 a 10 en relación a la dosis de Levodopa o de 1 a 4 si se combina
con benzeracida.
La dopamina puede seguir varías vías de metabolización.
Puede transformarse en noradrenalina y adrenalina. Puede, por acción
de la MAO-B, oxidarse y terminar acumulada como ácido homovanílico.
Esta vía es la que predomina en la dopamina sináptica (5).
En cambio el catabolismo de la dopamina extraneural (en las células
gliales y tejidos extraneurológicos) (2) se metila a través
de la catecol-orto-metil transferasa (COMT) y se acumula como 3-methoxytyramina,
que finalmente es oxidada a ácido homovanílico (2). Por
esto, inhibiendo la MAO-B o la COMT habrá más dopamina disponible
en la sinapsis (Gráfico 1).
Con este esquema podemos clasificar los fármacos para la Enfermedad
de Parkinson en:
1.- Agonistas Dopaminérgicos.
1.a.- Entre los agonistas dopamínicos hay actualmente cuatro
en uso clínico, todos correspondientes a productos derivados,
semi-sintéticos, del Ergot:
1.a.1. Bromocriptina.
1.a.2. Pergolide.
1.a.3. Lisuride.
1.a.4. Cabergolina.
1.b.- Agonistas dopaminérgicos no derivados del Ergot:
1.b.1. Apomorfina.
1.b.2. Pramipexole.
2.- Inhibidores de la MAO-B.
2.a.- Inhibidores de la MAO-B.
2.a.1. Selegilina.
2.a.2. Lasabemida
3.- Inhidores de la COMT.
3.a.- Inhibidores de la COMPT:
3.a.1. Tolcapone.
Durante aproximadamente 25 años el centro de la atención,
en torno al tratamiento de la Enfermedad de Parkinson, estaba en el estriato
(en realidad se refiere al neo estriato, es decir putamen y caudado pues
es filogenéticamente más reciente que el paleo estriato
o globus pallidus). En efecto se sabía que los neurolépticos
bloqueaban los receptores dopaminérgicos post sinápticos
a nivel del estriato causando un síndrome parkinsoniano que por
esto no podía ser revertido administrando Levodopa. En el estriato
había receptores D2 que inhibían la descarga post sináptica
(al bloquear la enzima adenylciclasa) sobre los cuales se ejercía
el efecto beneficioso de la Levodopa. Es decir la Levodopa es fundamentalmente
un neurotransmisor depresor o bloqueador post sináptico. Además
hay receptores D1 estriatales que, al contrario de los D2, aumentan la
actividad post sináptica al incrementar la actividad de la enzima
adenylciclasa y que contribuirían a la producción de las
disquinesias. También sobre el estriato se efectuaban los transplantes
de células productoras de dopamina obtenidas de la médula
suprarenal, buscando ofrecer un mayor aporte de dopamina a los receptores
post sinápticos.
Sin embargo en los últimos 7 a 10 años el centro de la
atención está en el globus pallidus interno. Este, uno de
los 2 núcleos del pallidus, al estar hiperactivo frena centros
motores del tálamo y por consiguiente de la corteza cerebral premotora
causando la sintomatología del Parkinson como temblor, hipoquinesia
y aumento del tono muscular. Las conexiones entre estriato y globus pallidus
interno son a través de una vía directa que inhibe este
último núcleo teniendo así un efecto beneficioso
en revertir la sintomatología Parkinsoniana. Esta vía cuyo
neurotransmisor es GABA es estimulada por receptores D1 que son los que
predominan. Hay otra vía estriato - pallidus interno que es estimuladora
del globus pallidus interno y por lo tanto su hiperactividad es perjudicial.
Esta vía es deprimida por los receptores D2. Esta vía es
denominada indirecta pues del estriato pasa al núcleo pallidus
externo donde hace sinapsis, posteriormente al núcleo subtalámico
y de allí al núcleo pallidus interno. La dos primeras etapas
tienen como neurotransmisores a GABA siendo inhibidores. La última
del núcleo subtalámico a Pallidus interno es excitatoria
siendo neurotransmisor el glutamato. El resultado final es que ejerce
una acción activadora del núcleo pallidus interno. Por esto
la Levodopa al actuar sobre receptores D1 y D2 ejerce una acción
beneficiosa pues estimula la vía directa o inhibitoria y deprime
la otra que es excitatoria (Gráfico 2).
En la actualidad los diferentes fármacos mencionados buscan reducir
la actividad del pallidus interno ya sea estimulando la vía directa
a través de los receptores D1, bloqueando la vía indirecta
a través de la estimulación de los receptores D2 o ambas
acciones. También la cirugía del Parkinson se ha dirigido
a causar lesiones parciales del pallidus interno y así reducir
su actividad que es como decíamos perjudicial al ser inhibitoria
para el tálamo y corteza motora. También se ha implantado
en el pallidus interno un estimulador que bloquea periódicamente
la actividad de dicho núcleo (es como un "marcapaso" pero al revés
pues en vez de estimular, produce una inhibición funcional; quizás
debería llamarse "corta paso"). En monos, con Parkinson producido
experimentalmente con el tóxico MPTP (que destruye la vía
nigro-estriatal), la lesión del núcleo subtalámico
revierte la sintomatología Parkinsoniana contralateral. En el esquema
antes mencionado se explica por la interrupción de la vía
indirecta que estimula la actividad del pallidus interno y así
se logra reducir ésta. La Levodopa también actúa
sobre receptores D3 que, a diferencia de los otros, están en las
terminaciones presinápticas y autoregulan la salida de Dopamina
en la sinapsis. Se estima que al dañarse estos la liberación
de Dopamina se descontrola y explicaría la alternancia súbita
entre las disquinesias y los períodos "off" que sufren algunos
pacientes.
A continuación analizaremos las características de aquellos
fármacos que están disponibles recientemente en clínica
o en la etapa de investigación clínica.
Pergolide:
Es considerado 10 veces más potente que la bromocriptina. No
se aconseja sobrepasar 2,6 mg/día pues no se obtiene mayor beneficio
(5). Es un derivado semisintético del Ergot con una vida media
más larga que la bromocriptina. Su concentración plasmática
llega al máximo en 1 a 3 horas, su vida media es de 7 a 16 hrs.
y desaparece completamente en 7 días (3). Estimula receptores
D1, D2 y D3. Los receptores D2 median en la respuesta antiparkinsoniana
inhibiendo la enzima adenilciclasa. En cambio los receptores D1 activan
dicha enzima teniendo un efecto estimulador y, de acuerdo a algunas
publicaciones influiría, en la producción de diskinesias.
En efecto en monos con un síndrome de Parkinson por MPTP la administración
de bromocriptina (que actúa solo sobre receptores D2) no produce
disquinesias salvo que hayan recibido previamente Levodopa estando bajo
la acción de ésta. En estos monos los agonistas exclusivos
D1 (aún en uso clínico experimental) evocan una respuesta
antiparkinsoniana con disquinesias. En humanos el uso de bromocriptina
en monoterapia no ha producido disquinesias o éstas han sido
leves mientras el pergolide las produce (3). Por otra parte la acción
de los receptores D1 y D2 pueden tener también acciones sinergistas
beneficiosas sobre el pallidus interno como se observa en el gráfico
2. Por esto la ventaja que muchos estiman tiene la bromocriptina sobre
la levodopa, al activar sólo los receptores de D2, también
es estimada como una desventaja por quienes propician el uso de Pergolide.
Hay pocos trabajos en que se ha usado como monoterapia y su acción
es inferior a la Levodopa. En algunas publicaciones ha perdido efecto
a los 6 meses y en otros a los 24 meses. Al agregarlo a la levodopa,
en pacientes con fluctuaciones motoras, se ha encontrado que las ha
disminuído (aumentando el tiempo en "on") y en ocasiones han
desaparecido éstas. Se ha observado que permite rebajar la dosis
de levodopa en 5 a 30% (2).
Se inicia el tratamiento con dosis muy bajas (0.05) y se sube lentamente,
cada varios días, de acuerdo a la tolerancia y efecto. Los efectos
secundarios son similares a la bromocriptina, a la levodopa y a todos
los fármacos de acción en vías dopaminérgicas.
Son cardiovasculares (hipotensión ortostática o permanente,
arritmia), digestivas (dispepsia, naúseas, vómitos), psiquiátricas
(agitación, alucinaciones, confusión) y neurológicas
(disquinesias).
Al comparar la Bromocriptina y el Pergolide la mayoría de los
estudios encontraron que la eficacia era similar pero puede el Pergolide
administrarse por un tiempo mayor sin que pierda efectividad. Hay consenso
que un paciente puede responder poco a uno de estos, o haber perdido
la eficacia inicial, y sin embargo responde al otro (3). Como decíamos
activan los receptores D1, D2 y D3 mientras la bromocriptina lo hace
al receptor D2 solamente. No tiene efecto antagonista sobre receptores
de noradrenalina ni serotonina, a diferencia de la bromocriptina. El
Pergolide es, como decíamos, más potente que la bromocriptina
empleándose aproximadamente 1/10 de la dosis de bromocriptina
en mg.
Lisuride.
Es usado extensamente en Europa pero no está autorizado en USA.
Es un alcaloide semisintético del ergot selectivo para los receptores
D2. Su vida media es de 1.5 a 2 horas y su acción sólo
dura 3 horas. Usado como monoterapia (0.15 a 5 mg/día) mejora
moderadamente todos los signos parkinsonianos (aunque menos que con
levodopa) y causa menos fluctuaciones motoras y disquinesias. Habitualmente
se usa en combinación con levodopa. Los efectos secundarios son
similares a los otros fármacos dopaminérgicos y no hay
estudios combinados con estos pero si los hay con levodopa como ya se
mencionó. También se ha usado con bomba de infusión
subcutánea o por vía intravenosa (3).
Cabergolina.
Es un derivado de la Ergolina y de reciente uso. La terapia se inicia
con 1 mg al día y se aumenta 0.5 mg cada 2 semanas, hasta un
máximo de 10 mg. La dosis habitual es de 5 mg al día.
Los efectos secundarios son similares a otros fármacos dopaminérgicos.
Apomorfina.
Es agonista D1 y D2. Su acción , al administrarse subcutáneo
comienza a los 5 a 15 minutos, llega al máximo a los 30 minutos
y dura 90 a 120 minutos. Es tan potente como la levodopa (1) siendo
el más potente agonista dopaminérgico disponible. Hay
trabajos que lo han probado en monoterapia o junto a levodopa. Como
produce naúseas y vómitos se ha usado asociado a domperidona
(60 a 80 mg al día) (1), un potente antagonista de la dopamina
periférica, para prevenir vómitos e hipotensión
(3). En casos de fluctuaciones motoras ha demostrado ser efectiva. También
se ha usado en infusiones subcutáneas continuas liberadas por
una mini bomba (3). Se ha usado como herramienta para el diagnóstico
diferencial en síndromes parkinsonianos versus la variedad esencial.
En aquellos en que hay compromiso del estriato (atrofia multisistémica,
parálisis supranuclear progresiva) así como no responden
a levodopa no lo hacen a la apomorfina pues hay compromiso post sináptico
de la vía nigro estriatal. La duración del efecto antiparkinsoniano
a la apomorfina disminuye al progresar la enfermedad indicando que cambios
en el mecanismo post sináptico juegan un importante papel en
la pérdida del efecto de la levodopa en etapas avanzadas de la
enfermedad. En Parkinson asimétrico la duración del efecto
es menor en el hemicuerpo más comprometido lo cual también
indica que la pérdida de efecto de la Levodopa no es sólo
por haber menos neuronas nigro - estriatales funcionando sino también
por una alteración post sináptica ya que la Apomorfina
actúa directamente sobre el receptor post sináptico (3,
7).
Pramipexole.
Es un agonista dopaminérgico, no derivado del ergot, que tiene
una alta especificidad sobre los receptores D2 y D3. Es un derivado
amino benzathiazol. Es bien tolerado en dosis de hasta 4.5 mg/d, en
monoterapia. Ya hay varios centenares de pacientes tratados en un estudio
multicéntrico del "Parkinson Study Group" (6). Ha resultado más
efectivo en pacientes con Parkinson avanzado.
Lasabemida.
Este inhibidor de la MAO-B que ha demostrado efectividad clínica,
aunque aún no existe para uso comercial, tiene las siguientes
ventajas en relación a la Selegilina:
- Es 100 veces más específico que la Selegilina como
inhibidor de la MAO-B y no de la MAO-A. En efecto la Selegilina es
selectiva para la MAO-B sólo en dosis bajas (10 mg/día)
pero si se sube de 20 o 30 mg también inhibe la MAO-A. Dado
en 100 mg diarios durante 1 semana inhibe en forma muy importante
la MAO-A. En cambio el Lasabemide podría darse en dosis mayores.
- La inhibición del Lasabemide a la MAO-B es reversible a diferencia
de la Selegilina que inutiliza definitivamente la MAO-B y el organismo
debe crear de nuevo la enzima.
- A diferencia de la Selegilina no se metaboliza a L meta-anfetamina
y L anfetamina que son sustancias tóxicas.
Tolcapane.
Este inhibidor de la COMT al bloquear una de las rutas de metabolización
de la Dopamina aumenta la concentración de ésta en la
sinapsis. Sin embargo debemos recordar que a nivel de la sinapsis la
principal vía metabólica de la Dopamina es a traves de
la MAO-B. Pero el bloqueo de la COMT tiene un beneficio adicional. Cuando
se usa levodopa junto a un inhibidor de la decarboxilasa periférica,
que es la forma habitual de uso clínico, el metabolismo de la
levodopa se hace predominantemente a través de la COMT formando
3-0 metildopa. Este producto carece de actividad antiparkinsoniana y
se le ha relacionado con la pérdida de efecto de la levodopa
al actuar competitivamente con ésta a nivel de la barrera hemato-encefálica
como se ha demostrado en animales (2). La metildopa tiene una vida media
de 15 horas comparado con sólo 1 1/2 hora de la levodopa. A pesar
de ésto varios estudios no han mostrado una relación entre
la acumulación de 3-0 metildopa plasmática y el fracaso
de la terapia con levodopa en la enfermedad de Parkinson (5).
El Tolcapane (3,4, dehydroxy-4-methil-5-nitrobenzophenone) es un selectivo,
y reversible inhibidor de la COMT. Aumenta marcadamente la biodisponibilidad
y prolonga su efecto. Tiene una vida media de 2 a 3 horas. Se metaboliza
a 3-0 metiltolcapane. Su dosis óptima es alrededor de 300 mg/día.
Es bien tolerado. No aumenta la concentración máxima de
levodopa pero sí la vida media de ésta, duplicándola
. En ratas se ha determinado que aumenta la concentración de
Dopamina cerebral en un 50%.
FACTORES NEUROTROFICOS.
Puede ser importante para proteger las neuronas nigro - estriatales.
El más estudiado ha sido el factor de crecimiento del nervio
aunque otros como el factor neurotrófico derivado del cerebro
y el factor de crecimiento fibroblástico también lo han
sido.
El factor de crecimiento del nervio en estudios in vitro se ha visto
que prolonga la sobrevida de las neuronas dopaminérgicas siendo
razonable suponer que pueden promover la sobrevida en aquellos que sufren
una degeneración crónica.
También el Gangliosido GM1 tiene un efecto neurotrófico
en roedores en que se ha dañado el sistema dopaminérgico.
El tratamiento con gangliosido aumenta la dopamina estriatal y aumenta
la inervación dopaminérgica del estriato de primates y
ya se han realizado algunas experiencias en humanos.
CONCLUSION.
Como vemos hay fármacos que estimulan sólo el receptor
D2 y otros ambos (también hay estimuladores de sólo los
receptores D1 pero aún están en etapa experimental).
Existe controversia sobre el inicio del tratamiento con Levodopa o
agonistas dopaminérgicos. Si bien estos son menos efectivos producen
menos disquinesias y permite reservar la Levodopa para etapas más
avanzadas. Esto es especialmente válido en el Parkinson Juvenil
donde mayoritariamente, después de algunos años las fluctuaciones
motoras y las disquinesias por Levodopa hacen muy difícil e inefectivo
el tratamiento. A pesar de esto, en la mayoría de los pacientes
con Enfermedad de Parkinson se inicia, actualmente, con Levodopa.
En pacientes con disquinesias o fluctuaciones motoras es necesario
agregar estos nuevos fármacos buscando poder reducir la dosis
de Levodopa y aumentar el beneficio y duración del efecto. Ningún
esquema o fármaco ha demostrado categóricamente ser mejor
y el fracaso de uno no implica que otro no pueda ser beneficioso y debe
intentarse.
Teóricamente, si hay muchas disquinesias sería preferible
un agonista exclusivamente D2 o si hay pérdida del efecto usar
un estimulador tanto de D1 como de D2. Sin embargo estos principios
teóricos no siempre funcionan en la práctica y hay que
guiarse por ensayo y error. Aún así todo agregado de estos
fármacos dopaminérgicos debe acompañarse de la
intención de reducir la Levodopa.
GRAFICO 1
GRAFICO 2
REFERENCIAS
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management of Parkinson's disease. European Journal of Neurology 3 (1):
13-18, 1996.
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levodopa dose-sparing capacity of pergolide compared with that of bromocriptine.
European Journal of Neurology 3 (1): 9-12, 1996.
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- Juncos J. L. Levodopa: Pharmacology, Pharmacokinetics, and Pharmacodynamics.
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- Stern M. B. The changing standard of care in Parkinson's Disease:
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