INTRODUCCION
El concepto largamente mantenido de que los sistemas que regulan la
homeostasis del organismo humano son el sistema endocrino y el sistema
nervioso, se ha expandido en los últimos años por la información
de que estos sistemas interactúan con el sistema inmune. Respuestas
inmunes alteran funciones neurales y endocrinas, así mismo, actividad
neural y/o endocrina modifica la función inmunológica
(6).
Las complicaciones neurológicas de las enfermedades tiroideas
han ido siendo reconocidas en forma creciente durante los últimos
treinta años (9), como lo demuestra la siguiente tabla:
COMPLICACIONES NEUROLOGICAS DE LAS ENFERMEDADES TIROIDEAS
(De Thrush D.C. and Boddie H.G. J Neurol Neurosurg Psychiatry
37: 696-700, 1974)
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HIPERTIROIDISMO
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HIPOTIROIDISMO
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ENF. ASOCIADAS
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Miopatía
(Ramsay, 1966)
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Demencia
(Jellinek, 1962)
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Miastenia Gravis
(Engel, 1961)
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Oftalmoplejía exoftálmica
(Brain, 1959)
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Psicosis
(Asher, 1949)
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Parálisis periódica
(Engel, 1961)
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Crisis tirotóxica y Coma
(Mazzaferril & Skillman, 1969)
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Epilepsia
(Evans, 1960)
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Encefalopatía
(Waldeström, 1945)
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Coma
(Forester, 1963)
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Lesiones de nervio óptico y retinopatía
(Wagener, 1956)
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Signos cerebelosos
(Jellinek & Kelly, 1960)
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Coreoatetosis
(Heffron & Eaton, 1970)
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Anormalidades de nervios craneanos
(Sanders, 1962)
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Trastornos psiquiátricos
(Logothetis, 1961)
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Neuropatía periférica
(Nickel, 1961)
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Miopatía
(Norris & Panner, 1966)
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Pseudomiotonía e hipertrofia muscular (Wilson & Walton,
1962)
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El primero en postular la asociación de una encefalopatía
autoinmune con la tiroiditis de Hashimoto fue Brain y col (1). En 1966,
ellos describen el caso de un hombre de 48 años que poseía
el antecedente de tiroiditis de Hashimoto de un año de evolución
con hipotiroidismo residual en tratamiento con levotiroxina. Presentó
varios episodios de perfil vascular, los cuáles se acompañaban
de estados confusionales y que en los estudios revelaban alteraciones
difusas del EEG y aumento de proteínas del LCR. Esta encefalopatía
remitió espontáneamente a los 19 meses sin dejar secuelas
al examen neurológico y psicométrico (3).
Como es sabido, la tiroiditis de Hashimoto es la más frecuente
de las tiroiditis y es de carácter autoinmune. Aproximadamente
el 10% de la población normal tiene títulos detectables
de anticuerpos antitiroideos y el 3 a 4% presenta una tiroiditis clínicamente
establecida ( prevalencia ). En estos pacientes se han encontrado anticuerpos
contra:
- Tiroglobulina;
- un antígeno presente en la fracción microsomal de
la célula;
- un segundo antígeno de la superficie celular relacionada
al coloide;
- el receptor de la hormona estimulante del tiroides ( TSH ), y
- Tiroxina ( T4 ) y Triyodotironina ( T3 ).
En la práctica cotidiana se realiza la búsqueda de tres
anticuerpos:
- anti-citoplasmaticos;
- anti-tiroglobulina y
- anti-microsomales.
El cuadro clínico puede variar desde hipertiroidismo en un primer
momento con inflamación de la glándula hasta hipotiroidismo
ya en una etapa tardía con atrofia glandular. El diagnóstico
se realiza por el hallazgo de los anticuerpos anti-tiroideos en un cuadro
compatible, pero la confirmación es por biopsia con aguja fina
que demuestre infiltración linfocítica (normalmente es
innecesario). Además existe una asociación en el 23% de
los casos con otras enfermedades autoinmunes, a saber : Artritis Reumatoidea,
Anemia Perniciosa, Miastenia Gravis, Enfermedad de Addison, Lupus Eritematoso
Sistémico y Colitis Ulcerosa, según lo reveló el
estudio epidemiológico realizado en la Clínica Mayo por
Becker y Ferguson (7).
ENCEFALOPATIA DE HASHIMOTO
El término de encefalopatía de Hashimoto fue usado para
describir un síndrome de déficits neurológicos
y particularmente neuropsicológicos en pacientes con antecedentes
de una tiroiditis de Hashimoto a pesar de poseer niveles de hormonas
tiroideas dentro de rangos normales (es lo frecuentes en etapas tardías
de la tiroiditis).
El cuadro clínico se caracteriza por la presentación,
en forma aguda o subaguda, de alteración de conciencia frecuentemente
acompañado de crisis convulsivas focales o generalizadas (4).
Afecta predominantemente mujeres jóvenes o en edad media de la
vida. El curso con recaídas es frecuente de tal modo que los
síntomas pueden haber estado presente por meses o años
antes de llegar al diagnóstico y no es extraño que el
paciente ya tenga un rótulo psiquiátrico antes de llegar
al neurólogo. Los episodios de perfil vascular son notables con
déficits focales transitorios (días a meses) acompañados
de alteración de conciencia de presentación aguda y combinados
con crisis convulsivas. También puede presentarse con una evolución
progresiva, de comienzo insidioso, sin signos focales y que se caracteriza
por un deterioro progresivo de funciones mentales, conduciendo a demencia
con síntomas psicóticos como alucinaciones y delirios.
En esta presentación, el nivel de conciencia puede deteriorarse
en forma más gradual. Las crisis convulsivas son asimismo frecuentes.
El exámen neurológico puede revelar signos de focalización
motora, mioclonías bilaterales y ataxia además de la alteración
de conciencia y/o los síntomas psiquiátricos. Signo de
Babinski bilateral y reflejos vivos son encontrados con frecuencia (puede
confundirse con una enfermedad de Creutzfeldt Jakob).
La patogenia no está clara, pero se ha postulado un origen vasculítico
aunque los estudios angiográficos son persistentemente normales
(8). También se ha propuesto la existencia de un anticuerpo que
reaccione en forma cruzada con antígenos neuronales o bien el
posible efecto tóxico, en SNC, de la TRH aumentada (2, 5).
LABORATORIO
En general, los primeros signos neurológicos ocurren cuando
la función tiroidea se ha normalizado. Se encuentran positivos
los anticuerpos antitiroideos señalados, lo que marca el diagnóstico,
sin embargo, no existe una correlación clínica entre el
nivel de anticuerpos y el estado del paciente. A pesar de esto, tienden
a bajar o desaparecer con el tratamiento con corticoides.
El LCR es anormal en cerca de un 80% de los casos con proteínas
aumentadas en rango de 50 a 300 mg/dl. También puede encontrarse
pleocitosis mononuclear en un 25%.
El EEG muestra un enlentecimiento difuso generalizado de los ritmos
de base hasta en el 95% de los pacientes. Así mismo mejora o
se normaliza con el tratamiento esteroidal.
Los estudios de imágenes tienen bajo rendimiento (TC es usualmente
normal). En la RNM se pueden observar lesiones subcorticales bilaterales
pequeñas hiperintensas en T2.
TRATAMIENTO
La importancia del conocimiento de este cuadro radica en la excelente
respuesta que se logra en más del 90% de los pacientes con el
tratamiento con altas dosis de corticoides. Esta respuesta es mas rápida
en los casos de instalación aguda pero puede demorar hasta 4-6
semanas cuando ha habido una instalación gradual. La mejoría
clínica se acompaña de la normalización del LCR,
normalización o disminución de los autoanticuerpos y normalización
o mejoramiento del EEG.
Se sugiere comenzar con dosis de Prednisona de 2-3 mg/kg por un mes:
luego mantener con 1 mg/kg por 2-4 meses. Reducir lentamente la dosis
hasta lograr una de mantenimiento durante un año o mas. Esta
se puede monitorear con EEG o LCR.
CONCLUSION
Este cuadro es un diagnóstico de exclusión, que debe
ser planteado (cuando se descartaron las etiologías vascular,
neoplásica o infecciosa) en todo paciente con una encefalopatía
aguda o subaguda inexplicable, particularmente si es mujer y tiene un
curso con exacerbaciones y remisiones. Debe solicitarse anticuerpos
antitiriodeos. Su excelente respuesta a los corticoides hace obligatoria
su exclusión en el contexto adecuado.
REFERENCIAS
- Brain L., Jellinek E.H., Ball K. Hashimotoís disease and encephalopathy.
Lancet 2: 512-514, 1966.
- Claussmann C., Offner C., Chevalier Y., et al. Encéphalopathie
et Thyroidite D'Hashimoto. Rev. Neurol (París) 150 (2): 166-168,
1994.
- Jellinek E.H., and Ball H. Hashimoto'disease, Encephalopathy and Splenic
Atrophy. Lancet 1: 1248, 1976.
- Kothbauer-Margreiter I., Sturzeneger M., Komor J. Encephalopathy associated
with Hashimoto thyroiditis: Diagnosis and treatment. J Neurol 243: 585-593,
1996.
- Latinville D., Bernardi O., Cougoule J.P., et al. Thyroidite D'Hashimoto
et Encéphalopathie Myoclonique HypothËses Pathogéniques.
Rev. Neurol. (París) 141 (1): 55-58, 1985.
- Reichlin S. Neuroendocrine-Immune interactions. N Engl J Med 329 (17):
1246 - 1252, 1993.
- Shaw P.J., Walss T.J., Newman P.K., et al. Hashimoto's encephalopathy.
Neurology 41: 228-233, 1991.
- Shein M., Apter A., Dickerman Z., et al. Encephalopathy in compensated
Hashimoto Thyroiditis: A clinical expression of autoinmune cerebral
vasculitis. Brain & Dev 8 (1): 60-64, 1986.
- Thrush D.C., and Bodie H.G. Episodic encephalopathy associated with
thyroid disorders. J Neurol Neurosurg Psychiatry 37: 696 - 700, 1974.
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