INTRODUCCION
El empleo de fármacos anticonvulsivantes es una práctica
común en neurología. Ampliamente reconocido es que ellos
se asocian hasta en un 10 a 15% de los casos a reacciones adversas (6),
la mayoría de los cuales son productos de fenómenos alérgicos
(6). A continuación se describe uno de estos cuadros, que ha
sido reconocido con frecuencia creciente en los últimos años.
DEFINICION
El síndrome de hipersensibilidad a anticonvulsivantes es un
cuadro clínico caracterizado por la presencia de fiebre, adenopatías,
alteraciones dermatológicas, trastornos hematológicos
y hepáticos, todos los cuales pueden estar presente en distintas
proporciones, en un paciente que consume drogas anticonvulsivantes aromáticas
(Fenitoína, Carbamazepina y Fenobarbital). También se
ha observado por uso de Sulfonilureas (9).
HISTORIA
Inicialmente llamado síndrome de hipersensibilidad a Feniletilhidantoína
(actualmente conocido como Fenitoína). Posteriormente se observó
la aparición de síntomas similares con los otros anticonvulsivantes
descritos lo que llevó a cambiarle el nombre. También
ha sido descritos con sulfas. Al principio se reconocían la fiebre,
adenopatías y el rash cutáneo como sus manifestaciones.
Sería Chaiken et al. quienes describieron las características
sistémicas del cuadro (2).
EPIDEMIOLOGIA
La ausencia de estudios prospectivos bien diseñados ha sido
un serio inconveniente para conocer cifras precisas. Se estima su incidencia
en uno de cada 1.000 a 10.000 nuevos usuarios de las drogas descritas,
constituyendo la primera causa de hospitalización por complicaciones
dermatológicas en usuarios de anticonvulsivantes (8, 9). Grupos
con especial riesgo de desarrollar estas reacciones adversas son pacientes
HIV (+) y portadores de cáncer (7).
FISIOPATOLOGIA
Numerosas hipótesis se han planteado respecto a la génesis
del síndrome, pero se carece de evidencia que permita demostrar
claramente alguna de ellas. A continuación se enumeran las teorías
más aceptadas:
- Hipersensibilidad alérgica: Se fundamenta en que existe
un período de inducción necesario para que se manifieste
el cuadro en una primera exposición, pero se presenta inmediatamente
en la reexposición. Además no existe relación
entre la dosis empleada y la ocurrencia del fenómeno.
- Enfermedad injerto versus huésped: Apoyada en algunas
características similares entre ambos fenómenos. Se
supone que la droga de algún modo alteraría los linfocitos
generando un mal reconocimiento de los propios antígenos.
- Metabolitos tóxicos: Se sabe que Fenitoína,
Carbamazepina y Fenobarbital son metabolizados por la citocromo P-450,
convirtiéndolos en metabolitos tóxicos arena-óxidos
(MTAO), los que son detoxificados por hidrolasa apóxido específica
(HEE).
Esta enzima puede estar disminuída o mutada en algunos pacientes,
lo cual conduciría a aumento de los óxido-arena y posiblemente
al desarrollo de daño celular secundario, o a la formación
de antígenos que gatillen la respuesta inmune. Existen experiencias
in vitro que muestran destrucción de linfocitos de rata tratados
con inhibidores de HEE al ser expuestos a MTAO, versus la no destrucción
de los linfocitos no tratados con inhibidores. Similar observación
se ha registrado con linfocitos de pacientes que han desarrollado síndrome
de hipersensibilidad, versus consumidores de anticonvulsivantes sin
esta complicación o controles normales. En algunos casos este
fenómeno puede ser observado en familiares de los afectados con
hipersensibilidad y que no han sido expuestos a los fármacos.
Todo lo descrito ha conducido al desarrollo de un test in vitro que
permita pesquisar aquellos individuos en riesgo de presentar el cuadro,
aún sin aplicación en la práctica habitual. Además
estas investigaciones han demostrado que el 75% de los afectados por
el síndrome tienen reacción cruzada con los otros anticonvulsivantes
aromáticos cuando son evaluados in vitro. En esta etapa el Glutatión
juega un rol destacado actuando como cofactor de la detoxificación
(6, 7, 9).
CUADRO CLINICO
La sintomatología suele presentarse dentro de las 3 a 12 semanas
de iniciado el tratamiento con anticonvulsivantes aromáticos
(3, 6) o dentro de las primeras horas si existe sensibilización
previa.
Los síntomas más característicos y su incidencia
se resumen en la Tabla 1.
TABLA 1. INCIDENCIA DE SINTOMAS EN SINDROME DE HIPERSENSIBILIDAD
(9)
|
SINTOMA
|
INCIDENCIA (%)
|
Fiebre
|
90 - 100
|
Rash
|
90
|
Linfadenopatías
|
70
|
Edema facial o periorbitario
|
25
|
Hepatitis
|
50 - 60
|
Alteraciones hematológicas
|
50
|
Mialgias - artralgias
|
21
|
Faringitis - conjuntivitis
|
10
|
La fiebre, presente en casi la totalidad de los casos, generalmente
es alta (38º a 40º C). Se inicia previo o concomitantemente
con el resto de los sintomas y puede persistir por algunas semanas en
los casos más graves, a pesar de no existir infección.
El compromiso cutáneo se suele manifestar como un exantema maculopapular
confluente y pruriginoso que se inicia en cara y tronco, extendiéndose
luego a extremidades. Habitualmente evoluciona hacia la descamación.
Se ha descrito también la aparición de una erupción
pustular folicular en cara y cuero cabelludo, que posteriormente se
generaliza. El diagnóstico diferencial de este cuadro con un
proceso infeccioso se realiza con cultivo del contenido de las lesiones
(4).
En los casos de sensibilización previa o cuando el tratamiento
anticonvulsivante no es suspendido a tiempo, el cuadro puede evolucionar
hacia un síndrome de Stevens Johnson con lesiones cutáneas
características y afectación mucosa o hacia una necrolisis
epidérmica toráxica, en la que el compromiso cutáneo
y mucoso (ampollas flácidas confluentes) avanza de cefálico
a caudal, pudiendo llegar a comprometer la totalidad de la superficie
corporal, asociándose a disfunción hepática, renal,
pulmonar y hematológica de rápida progresión, alcanzando
una mortalidad del 25 al 30% de los casos (6, 9).
Las linfoadenopatías pueden ser localizadas o generalizadas,
acompañadas ocasionalmente de hepato-esplenomegalia. En la biopsia
se suele encontrar tejido ganglionar de estructura conservada, pero
se han descrito casos de pseudolinfomas con hiperplasia atípica,
que se han resuelto al suspender los anticonvulsivantes (9).
El eritema facial o periocular, que puede llegar a ser francamente
deformante, ayuda a diferenciar este síndrome del otras reacciones
alérgicas a drogas, en donde el edema respeta el rostro (9).
El compromiso hepático en el síndrome de hipersensibilidad
a anticonvulsivantes es la principal causa de muerte. Se puede manifestar
como una discreta alza de las enzimas hepáticas, hasta una hepatitis
franca, generalmente anictérica, con alteración en las
funciones de síntesis hepática, que puede progresar pese
a la suspensión de la droga, recuperándose al cabo de
varios meses (6).
Las alteraciones hematológicas se manifiestan generalmente como
leucocitosis con linfocitos atípicos y eosinofilia de gran magnitud,
que en ocasiones puede complicarse con trombosis de arterias coronarias
y neumonitis eosinofílica (4). Se ha descrito con menor frecuencia
leucopenia y anemia hemolítica con prueba de Coombs (-).
Se ha descrito casos de mialgias con debilidad proximal de extremidades
y niveles altos de creatinkinasa, observándose en la biopsia
muscular fibras aisladas en variados estados de necrosis y regeneración
(3).
DIAGNOSTICO DIFERENCIAL
Dado el cuadro clínico de fiebre y linfadenopatías en
la gran mayoría de los casos, cabe hacer diagnóstico diferencial
con diversos cuadros infecciosos como mononucleosis infecciosa, sarampión,
hepatitis virales y con exantema morbiliforme aislado.
TRATAMIENTO
Ante un cuadro clínico sugerente de síndrome de hipersensibilidad,
el tratamiento con anticonvulsivantes debe ser suspendido inmediatamente
(5, 6, 7, 9).
Las crisis convulsivas se deben manejar evitando los anticonvulsivantes
aromáticos por el riesgo de reacciones cruzadas. El uso de benzodiazepinas
es una buena alternativa durante la etapa aguda.
Dada la similitud de este síndrome con cuadros de naturaleza
infecciosa, éstos deben ser descartados con los estudios serológicos
y cultivos necesarios (sangre, orina, contenido de pústulas,
etc.).
Poco es lo desarrollado hasta ahora en relación a un tratamiento
específico para el síndrome. La terapia actual se basa
en medidas de soporte, con un cuidadoso manejo de la hidratación
y balance electrolítico, más una estrecha vigilancia de
las funciones hepáticas y hematológicas (9).
La utilización de corticoides sistémicos es controvertido,
reportándose algunos casos en donde se han utilizado sin un claro
beneficio (3, 4, 5, 9).
Nuevas líneas de tratamiento se encuentran actualmente en desarrollo,
entre las que destaca el empleo de N-acetilcysteína en altas
dosis por 4 a 6 días, con el fin de reponer la capacidad antioxidante
e inhibir las reacciones inmunes mediadas por citoquinas. También
se ha empleado Pentoxifilina en el período inicial, la que actuaría
bloqueando el factor de necrosis tumoral alfa, lo que hipotéticamente
disminuye el riesgo de que el síndrome evolucione hacia formas
más graves como epidermolisis necrótica o Stevens-Johnson
(7). Las dosis utilizadas de Pentoxifilina varían entre 400 y
800 mg. c/8 hrs. por 7 a 14 días. Si embargo estas terapias carecen
de estudios rigurosos que certifiquen su real utilidad.
PRONOSTICO
La mayoría de los casos evoluciona a la recuperación
sin secuelas. Sólo se ha reportado una mayor mortalidad en los
casos de complicaciones por falla hepática, alteraciones en la
coagulación y sepsis hasta un 10% (6), y cercano al 30% en el
caso de necrolisis epidérmica tóxica (8).
REFERENCIAS
- Adverse drug reactions advisory committee. Anticonvulsant hypersensitivity.
The Medical Journal of Australia 160: 650-651, 1994.
- Chaiken BH., et al. Dilantin hypersensitivity: Report of a case of
hepatitis with jaundice, pyrexia and exfoliative dermatitis. New Engl
J Med. 242: 897-898, 1950.
- Harney J., Glasberg M. Myopathy and hypersensitivity to phenytoin.
Neurology 33: 790-791, 1983.
- Kleier R., Breneman D., Boiko S. Generalized pustulation as a manifestation
of the anticonvulsant hipersensitivity syndrome. Arch Dermatol. 127:
1361-1364, 1991.
- Mahatma M., Haponik EF., Nelson S., López A., et al. Phenytoin
- induced respiratory failure with pulmonary eosinophilia. American
J Med. 87: 93-94, 1989.
- Redondo P. Reacciones subcutáneas adversas a drogas en neurología.
Rev. Neurol. 25 (Supl 3): S309-S319, 1997.
- Redondo P., de Felipe I., de la Îña A., Aramendia JM.,
et al. Drug - induced hipersensitiviy syndrome and toxic epidermal necrolisis.
Treatment with N-acetylcysteine. Br J. Dermatol. 136: 645-646, 1997.
- Tennis P., Stern R. Risk of serious cutaneous disorders after initiation
of use of phenytoin, carbamazepine or sodium valproate: A record linkage
study. Neurology 49: 542-546, 1997.
- Vittorio C., Muglia J. Anticonvulsant hypersensitivity syndrome. Arch.
Intern Med. 155: 2285-2290, 1995.
|