INTRODUCCION.
El síndrome antifosfolípidos (APS) es un trastorno autoinmune
en el cual hay trombosis arteriales y/o venosas, pérdida recurrente
fetal, y a menudo trombocitopenia asociados con la presencia de anticuerpos
antifosfolípidos. Marcadores serológicos de este síndrome
son los anticuerpos anticardiolipinas (aCL) y el anticoagulante lúpico
(AL), que identifican subgrupos de esta heterogénea familia de
autoanticuerpos.
Este síndrome frecuentemente se presenta en el lupus eritematoso
sistémico (LES), pero la mayoría de los pacientes que
cumplen con los criterios diagnósticos de síndrome antifosfolípidos
(Tabla I) no lo cumplen para LES, por lo que a esta presentación
se le denomina APS primario. Se clasifica como síndrome antifosfolípido
primario, cuando se presenta en forma aislada y síndrome antifosfolípidos
secundario cuando está asociado a otra patología.
Dado que los eventos trombóticos asociados al APS pueden ocurrir
en ambos sexos, en vasos pequeños o grandes, en arterias o venas,
virtualmente cualquier órgano puede verse involucrado. Por lo
anterior ningún grupo de especialistas tiene un monopolio en
el manejo de los pacientes con APS (12).
Dentro de los eventos trombóticos arteriales, los del sistema
nervioso central son los más frecuentes, y los pacientes con
accidentes isquémicos cerebrales y anticuerpos antifosfolípidos
(aPL), son más jóvenes que sujetos similares con aPL negativo
(11). Lo anterior confiere particular relevancia a este cuadro, al presentarse
con un deterioro precoz en la calidad de vida de estos enfermos.
PATOGENESIS
Los aPLs son una familia heterogénea de autoanticuerpos con
diversa reactividad cruzada, cuyo rol y origen no ha sido dilucidado
completamente. Pueden actuar contra una gran variedad de fosfolípidos
pudiendo tener actividad aCL, AL o ambas, y pueden o no requerir otras
proteínas, como la protrombina o la Beta2-glicoproteína
I (Beta2-GPI) como cofactores para su adhesión y patogenicidad.
El impacto patogénico de los aPLs en pacientes individuales con
fenómenos trombóticos es convertido, especialmente a títulos
bajos, ya que la presencia de éstos podría ser una coincidencia,
o una respuesta a infecciones o drogas, en vez de ser la causa primaria
de la trombogénesis (3).
Mecanismos propuestos para explicar la acción de los anticuerpos
antifosfolípidos (8):
Unión a las células endoteliales:
|
- Disminución de la producción de prostaciclinas.
- Disminución de la fibrinolísis.
- Disminución de los niveles de proteína C y trombomodulina.
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Unión a la plaqueta:
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- Aumento de la actividad plaquetaria.
- Aumento de la agregación plaquetaria.
|
Disminución de la proteína S.
|
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Disminución de la Antitrombina III
|
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Unión de la beta 2 glicoproteína I:
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- Alteración de la vía intrínseca de la
coagulación
- Alteración de la agregación plaquetaria dependiente
del difosfato de adenosina (ADP)
|
En la histopatología, suele encontrarse un trombo blando ocluyendo
el lumen vascular, sin haber cambios inflamatorios en la pared del vaso
que sugieran vasculitis (6,11,18).
MANIFESTACIONES CLINICAS
Dada la naturaleza de este síndrome, el clínico debe
tenerlo siempre presente, ya que sus manifestaciones a parte de ser
muy variadas, también pueden ser muy traicioneras. Una definición
rigurosa de síndrome antifosfolípidos primario requiere
que el paciente tenga al menos una característica clínica
(trombosis venosa o arterial, pérdida fetal recurrente o trombocitopenia)
y un test serológico positivo (Tabla I).
TABLA I. CRITERIOS DIAGNOSTICOS* (6)
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Clínico
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Laboratorios (Pruebas Serológicas)
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Trombosis venosa
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Anticuerpos ACI tipo IgG moderados a altos
|
Trombosis arterial
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Anticuerpos aCI tipo IgM moderados a altos
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Pérdida fetal recurrente
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AL positivo (TTPa prolongado, PTT)
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Trombocitopenia
|
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* Se requiere al menos de un criterio clínico
y uno de laboratorio para el diagnóstico.
|
La edad menor a 60 años es para algunos un criterio importante.
Las pruebas serológicas pueden fluctuar, por lo que determinaciones
repetidas de aPLs son recomendadas cuando hay sospechas clínicas
importantes. Para el diagnóstico estas pruebas deben ser positivas
al menos en dos oportunidades con un intérvalo de 3 meses (6).
Si bien este síndrome puede presentarse en forma primaria, también
puede verse asociado a múltiples entidades clínicas (Tabla
II).
TABLA II.
ENTIDADES CLINICAS ASOCIADAS A SINDROME ANTIFOSFOLIPIDOS (8).
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1.- Enfermedades Autoinmunes
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LES
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Artritis Reumatoídea
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Esclerodermia
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Dermato y polimiositis
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Síndromes de sobreposición
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2.- Exposición a fármacos
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Clorpromazina
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Fenitoína
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Antibióticos
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3.- Infecciones
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Bacterinas: TBC, lepra
|
Pneumocystis carinni
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Víricas: Sida, hepatitis, rubéola
|
4.- Trastornos linfoproliferativos
|
Tricoleucemia
|
Linfoma
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Macroglobulinemia de Waldestrom
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5.- Procesos Diversos
|
Neoplasias epiteliales, próstata, bronquios
|
Ancianos
|
.
Entre las manifestaciones clínicas extra neurológicas
destacan: Abortos a repetición, trombocitopenia, trombosis venosa
(profunda de extremidades inferiores, hepática, retinal, adrenal),
trombosis arteriales (ocular, periférica, miocárdica,
cutánea, pulmonar, mesentérica), manifestaciones cutáneas
(livedo reticularis, tromboflebitis, necrosis cutánea, isquemia
digital, fenómeno de Raynaud), hipertensión pulmonar,
endocarditis de Liebman Sacks, degeneración mixomatosa de la
válvula mitral, trombos intracardíacos, manifestaciones
oculares (isquemia retinal, trombosis retinal arterial o venosa, amaurosis
fugax).
Compromisos del Sistema Nervioso Central.
Las complicaciones neurológicas de este síndrome son
múltiples. La presentación más frecuente es la
isquemia cerebral, que puede expresarse como accidente isquémico
transitorio (TIA), infarto arterial o trombosis venosa. Otras presentaciones
incluyen demencia, crisis convulsivas, mielitis transversa, corea así
como distintas alteraciones psiquiátricas. El rol del APS en
la migraña es discutido y aún no demostrado (6, 9).
Los infartos cerebrales asociados a aPL son generalmente de tamaño
mediano, de ramas grandes o pequeñas de la arteria cerebral media.
Los anticuerpos aPL se encuentran en un 10% a 46% de pacientes menores
de 50 años con infartos cerebrales y en un 10% de la población
general con isquemia cerebral (4, 9,11).
Al comparar pacientes con isquemia cerebral con presencia de aPL,
con pacientes similares y aPL negativo, encontramos que los primeros
tienden a ser menores (42 vs 62 años), y con mayor frecuencia
presentan múltiples episodios (28% vs 8%) (4,11). Entre el 30%
y el 70% de los pacientes con aPL y un evento isquémico cerebral
tienen evidencias clínicas o radiológicas de TIAs o infartos
previos. Estos sujetos con multi-infarto tendrían como patologías
asociadas hipertensión en un 26.2% y diabetes en 5.9% de los
casos (10,17).
Los pacientes con isquemia cerebral y aPL positivos tienen una tasa
de recurrencia de 8 veces mayor que aquellos pacientes con aPL negativo
(6) y una mortalidad de 10% por año. La presencia de anticuerpos
aPL es un factor de riesgo independiente para eventos isquémicos
cerebrales (riesgo relativo de 2.3) (16).
La demencia relacionada a APS es de naturaleza multi-infarto, y se
presenta como promedio una década antes (52 años) que
en pacientes con demencia sin APS.
El síndrome de Sneddon, es otro tipo de presentación
y se caracteriza por la combinación de livedo reticularis y eventos
isquémicos cerebrales. Es una forma de APS que frecuentemente
resulta en mayor morbilidad y mortalidad. Estos pacientes presentan
severo compromiso cutáneo que puede llegar a ulceraciones, presentando
más frecuentemente trombocitopenia (4).
LABORATORIO
Pruebas Serológicas
Actualmente tres pruebas serológicas están ampliamente
disponibles en la pesquisa de aPLs. Estas son VDRL, determinación
de aCL y el AL. Las dos últimas son consideradas "gold standard"
en el diagnóstico.
El test Venereal Disease Research Laboratory (VDRL) que utiliza cardiolipina
como principal reactivo puede ser falso positivo para sífilis
en presencia de aPL. Pero lo anterior no sólo se ve en APS, sino
también en otras situaciones clínicas como infecciones
recientes, postvacunación, LES, etc. Esta prueba no necesariamente
identifica pacientes con mayor riesgo de eventos trombóticos,
y dada su baja sensibilidad(19-23%) no debe ser usado en forma aislada
en el diagnóstico de APS (11,17). Sin embargo un VDRL falso positivo
debe llevar a la determinación de aCL y AL.
El AL son inmunoglobulinas que interfieren in vitro las pruebas de
coagulación dependientes de fosfolípidos. Su presencia
frecuentemente se puede evidenciar por prolongación del TTPK.
La determinación de AL se realiza en tres etapas. Primero se
realiza una prueba de screening , luego estudios con mezclas de plasma
normal para determinar que la alteración esta dado por la presencia
de inhibidores circulantes de la coagulación y no por déficit
de algún componente, y por último se debe probar que el
inhibidor está dirigido contra fosfolípidos y no otros
factores de la coagulación. Esta prueba tiene limitaciones, no
existe un método para cuantificar los títulos de AL, y
puede resultar falso positivo por la presencia de inhibidores de factores
específicos de la coagulación, anticoagulantes o infecciones
(3,5).
Una tercera alternativa en la determinación de aPL es la determinación
de aCL. Este test se realiza por métodos de inmunoabsorción
(ELISA). Los aCL tipo IgG, IgM, o IgA son expresados como unidades G
fosfolípidos (GPL), M fosfolípidos (MPL), y A fosfolípidos(APL)
respectivamente, basados en estándares internacionales. Esta
prueba no se altera por el uso de anticoagulantes, siendo más
específica la IgG que la IgM, que puede ser falsamente positiva
en presencia de infecciones, factor reumatoídeo, hipergamaglobulinemia,
edad avanzada y multiparidad (3,5,14).
Como fue antes señalado, los anticuerpos en el APS pueden estar
dirigidos contra cofactores proteicos como la Beta2-GPI, que se une
a los fosfolípidos creando un neoepítope. La determinación
de anticuerpos contra Beta2-GPI por ELISA ha demostrado mayor sensibilidad
que las pruebas anteriores y sería más frecuentemente
positivo en pacientes con APS primario. Esta prueba aún no es
de amplia disponibilidad. Otras proteínas (o cofactores) que
los anticuerpos aPL (LAC, aCL) pueden reconocer como antígenos
son la protrombina, la proteína C, y la proteína S entre
otros (3,5).
Imágenes
En un estudio del Antiphospholipid Antibodies in Stroke Study Group
sobre 128 pacientes con eventos isquémicos cerebrales (TIA, infarto)
y aPL positivo, el CT fue normal, con un infarto o con más de
un infarto en 30.2%, 45.1% y 24.1% respectivamente (17). La Resonancia
Nuclear Magnética (RNM) cerebral de pacientes afectados frecuentemente
revela cambios inespecíficos de desmielinización así
como los cambios típicos de infartos por lo que pacientes con
polisintomatología neurológica pueden ser diagnosticados
erróneamente como esclerosis múltiple (1).
La angiografía es normal en un tercio de los pacientes, siendo
los hallazgos más frecuentes las oclusiones de tronco o rama,
especialmente de ramas de la arteria cerebral media. Es raro que se
encuentren signos sugerentes de vasculitis(2,10,17).
La Ecocardigrafía transtorácica es anormal en un tercio
de los pacientes, mostrando principalmente compromiso de la válvula
mitral (degeneración mixomatosa, prolapso, o insuficiencia) (17).
Otras Pruebas de Laboratorio
Se han descritos múltiples alteraciones en exámenes de
laboratorio, entre las que destacan, trombopenia (19%-30%), Anticuerpos
Antinucleares positivos en un 46% a 54.7% de los casos (generalmente
a título bajo), C4 bajo, anemia hemolítica y en forma
ocasional prolongación del tiempo de protrombina (10,11,17,18).
Cuando determinar la presencia de aPL.
Probablemente no es apropiado realizar screening de aPL en todo paciente
con accidente cerebrovascular isquémico, especialmente en pacientes
de edad avanzada, ya que no tendría significado pronóstico
(14), además títulos bajos de aCL tienen una alta frecuencia,
especialmente en personas mayores. El AL y aCL son grupos de anticuerpos
diferentes, alrededor del 80% de los pacientes con AL tienen aCL, pero
menos de la mitad de los pacientes con aCL tiene AL, por lo que es recomendable
realizar las dos pruebas en forma simultánea.
Siempre debe pesquisarse aPL en pacientes de cualquier edad con isquemia
cerebral, ocular, de medula espinal o corea sin causa clara; en la presencia
de eventos trombóticos recurrentes, y ante situaciones clínicas
(sistémicas o neurológicas) o de laboratorio que sugieran
APS (3,11,18).
TRATAMIENTO
En pacientes con anticuerpos aPL y eventos trombóticos (infartos
cerebrales, TIAs, trombosis venosa profunda, tromboembolismo pulmonar
etc.), el riesgo de recurrencia es suficientemente alto para justificar
la anticoagulación oral de por vida con INR mayor o igual a 3.0.
Niveles inferiores de anticoagulación o el uso de aspirina no
son tan efectivos (7).
Además de la anticoagulación se deben manejar otros factores
de riesgo para eventos tromboembólicos como la hipertensión,
hipercolesterolemia, el tabaco, y se debe evitar el uso de estrógenos.
La inmunosupresión, la plasmaféresis, y el uso de inmunoglobulinas
solo tendrían un rol de salvataje en casos catastróficos.
Aspirina como única terapia sería efectiva para la enfermedad
de pequeños vasos (13). El manejo durante el embarazo es controvertido,
actualmente la alternativa de elección sería la combinación
de aspirina con heparina subcutánea (13).
Probablemente el uso de heparinas de bajo peso molecular puedan minimizar
los riesgos de la heparina sódica, pero aún son de alto
costo y faltan suficientes evidencias clínicas.
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