INTRODUCCION.
Los trastornos hidroelectrolíticos se asocian frecuentemente
a enfermedades neurológicas graves, siendo su patogenia o consecuencia
(21). En este último caso, destaca la hiponatremia, la que frecuentemente
es de tipo hiposmolar (25). La mayoría de estas hiponatremias
son producidas por el síndrome de secreción inapropiada
de hormona antidiurética (SSIHAD) (25). Sin embargo, en los últimos
años, se han publicado múltiples casos de hiponatremia
producida por un mecanismo diferente. El siguiente trabajo tiene como
objetivo revisar el síndrome de encefalopatía perdedora
de sal.
DEFINICION E HISTORIA
Se define encefalopatía perdedora de sal (EPS), a cualquier
cuadro neurológico, generalmente grave, que provoca hiponatremia
(sodio plasmático < 135Meq/L) e hipovolemia, debido a un aumento
de la natriouresis y diuresis (10,24). En 1950, Peters et al. la describen
por primera vez (20). Seis años después, Schwartz et al.
descubren el síndrome de secreción inapropiada de hormona
antidiurética (23), desde entonces, toda hiponatremia secundaria
a una enfermedad neurológica fue atribuida al SSIHAD (10). En
1981, Nelson et al. redescubren la EPS, al encontrar en 10 de 12 pacientes
con enfermedades neurológicas graves, hiponatremia e hipovolemia
(18). El mismo autor, tres años después, confirma estos
hallazgos en un modelo animal de hemorragia subaracnoídea (HSA)
(17). En 1985, Wijdicks ratifica estos hallazgos en un estudio retrospectivo
con 134 pacientes (32). Posteriormente, son múltiples los trabajos
que describen pacientes neurológicos con hiponatremia debido
a una natriouresis aumentada. En la actualidad se considera a la EPS
como la causa más frecuente de hiponatremia en HSA (11).
FISIOPATOLOGIA
El mecanismo fisiopatológico que provoca el aumento de la natriouresis
en pacientes con una enfermedad neurológica es desconocido (10,
13). Se han postulado 3 teorías:
- Aumento de sustancias endógenas símiles a digoxina
(SESD). El mecanismo de acción postulado para estas sustancias
es bloquear la bomba sodio-potasio ATPasa, provocando natriouresis
e impidiendo el intercambio de sodio y potasio a nivel de la membrana
celular, esto provocaría un aumento de sodio en el intracelular
y de potasio en el extracelular (30). Un estudio mostró la
presencia de SESD en 18 de 25 pacientes con HSA, sin embargo, no hubo
diferencia estadística en la incidencia de hiponatremia entre
los grupos con y sin elevación de esta molécula (30).
Otro estudio, recientemente publicado, a diferencia del anterior,
mostró ausencia de SESD en pacientes con HSA (3). Estos resultados
contradictorios pueden ser explicados por el bajo número de
pacientes estudiados, 25 y 10 respectivamente, y diferentes métodos
de estudio empleados. Además, existe la posibilidad de haber
obtenido resultados falsos positivos debido a reacción cruzada
con otras moléculas (10). La digoxina tiene capacidad natriourética
sólo en rangos tóxicos (10).
- Aumento de la secreción de hormona natriourética auricular
(HNA) (10). Esta hormona es un péptido de 28 aminoácidos,
se encuentra almacenada en los miocitos de las aurículas y
es secretada como respuesta a un aumento de presión sobre sus
paredes (10). También ha sido encontrada en el hipotálamo,
aunque su concentración es 1000 veces menor que en la aurícula
(14). Su mecanismo de acción es producir natriouresis, diuresis,
vasodilatación e inhibición del eje renina-angiotensina-aldosterona
(9). Se desconoce el mecanismo por el cual la HSA produce un aumento
de la HNA (28), se ha postulado que una secreción exagerada
de catecolaminas podrían ser su causa (14). Los resultados
de trabajos que miden HNA en pacientes con HSA son contradictorios.
Un trabajo encontró elevado su nivel plasmático en 8
de 14 pacientes con HSA, sin embargo, sólo en 3 de ellos se
produjo hiponatremia (28). Otro trabajo, encontró que sólo
2 de 21 pacientes con HSA presentaron hiponatremia, encontrándose
elevada la HNA en todos, es decir, no hubo correlación entre
la concentración plasmática de HNA y natriouresis (8).
Berendes, en un trabajo recientemente publicado, no encontró
aumento de HNA en pacientes con HSA (3). Wijdicks, en cambio, encontró
aumento de la HNA en todos sus pacientes con HSA, además, este
aumento coincidió temporalmente con el balance negativo de
agua (29). Otro trabajo, también encontró elevación
de la HNA en 20 pacientes con HSA, aunque no se correlacionó
significativamente con hiponatremia (14). Posibles explicaciones para
la discrepancia entre estos trabajos son métodos diferentes
de estudio, obtención de la muestra en diferentes períodos
de tiempo y la distribución de los aneurismas, aquellos ubicados
en la arteria comunicante anterior, tienen mayor proximidad al hipotálamo,
estructura que ha sido asociada a la secreción de catecolaminas
y de sustancias natriouréticas (29).
- Aumento de la secreción de hormona natriurética cerebral
(HNC). Esta hormona corresponde a un péptido secretado por
el cerebro (3), específicamente, por las paredes de los ventrículos
(10), es similar en secuencia aminoacídica y función
a la HNA (10,29). Un estudio reciente, mostró una correlación
significativa entre natriouresis y la concentración plasmática
de este péptido, no así con la concentración
de HNA y SESD (3). Otro estudio encontró un aumento significativo
de la HNC entre el segundo y tercer día de HSA, asociándose
a un balance negativo de agua el mismo día o al día
siguiente (29). Isotani, en cambio, no encontró elevación
de este péptido en 20 pacientes con HSA (14). Las mismas razones
dadas para el caso de la HNA pueden explicar las discrepancias encontradas
en estos trabajos.
El péptido natriourético tipo C tiene escaso efecto natriourético
(10), además, no se ha encontrado aumentada su concentración
plasmática en pacientes con HSA (3, 29).
ETIOLOGIA
Las enfermedades neurológicas asociadas a EPS son múltiples,
siendo la gravedad de ellas una característica compartida por
la mayoría (Tabla 1). La más estudiada ha sido la HSA.
Un tercio de los pacientes que sufren esta enfermedad presentan hiponatremia
(12), siendo más frecuente entre el segundo y décimo día
(32). Un trabajo retrospectivo mostró una asociación estadísticamente
significativa entre hiponatremia e infarto cerebral secundario a vasoespasmo
por HSA (32), siendo la incidencia del infarto, mayor en pacientes en
quienes se restringió el aporte de volumen como tratamiento de
un posible SSIHAD (32). Un estudio prospectivo ratificó los resultados
de este trabajo, aunque el aporte de volumen no cambió la incidencia
de infarto cerebral (12). En la actualidad, se reconoce a la EPS como
la principal causa de hiponatremia en pacientes con HSA (11, 31).
TABLA 1 (1,2,4,5,7,15,16,19)
|
1 .-
|
Hemorragia subaracnoídea
|
2 .-
|
Traumatismo encéfalo-craneano grave
|
3 .-
|
Meningitis tuberculosa
|
4 .-
|
Cirugía de silla turca
|
5 .-
|
Tumores cerebrales
|
6.-
|
Carcinomatosis meningea
|
7.-
|
Accidente vascular encefálico
|
8.-
|
Síndrome de Guillain Barré
|
9.-
|
Meningitis bacteriana
|
|
DIAGNOSTICO DIFERENCIAL
El diagnóstico diferencial más importante de la EPS es
el SSIHAD. Su diferenciación es trascendente, pues su tratamiento
es antagónico (10). El tratar a un paciente con EPS, con restricción
de volumen, como se hace con el SSIHAD, aumenta la mortalidad de pacientes
con HSA debido a vasoespasmo (32). El método por el cual se puede
diferenciar ambas patologías se fundamenta en la detección
del mecanismo fisiopatológico de la hiponatremia en cada una
de ellas. En la EPS, existe una natriouresis aumentada asociada a hipovolemia,
debido también, a una diuresis aumentada (10). En cambio, en
el SSIHAD, la hiponatremia es dilucional, con una volemia aumentada,
aunque sin edema (10). Clínicamente hacen sugerente la EPS los
signos de deshidratación y la baja de peso diario (10). Entre
los exámenes de laboratorio destacan la osmolaridad plasmática,
el hematócrito, la medición del clearence de creatinina,
urea, proteínas séricas y ácido úrico plasmático
(10), los que se encuentran aumentados en la EPS, debido a hemoconcentración
y disminuidos en el SSIHAD, debido a hemodilución (2). Sin embargo,
no es raro encontrar que dichas sustancias se encuentren dentro de rangos
normales, impidiendo su diagnóstico diferencial (2, 13). La medición
de sodio urinario es variable en el SSIHAD y se encuentra aumentado
en la EPS (4,10). Sin embargo, en ésta, la gran pérdida
precoz de sodio urinario, puede mostrar tardíamente, por depleción,
una natriouresis dentro de límites normales (2). El balance de
sodio diario puede ser importante en el diagnóstico diferencial,
siendo negativo en la EPS (10). La medición de la presión
venosa central (PVC), que evalúa indirectamente la volemia del
paciente (10), se encuentra disminuida en la EPS y aumentada en el SSIHAD
(31). Un trabajo recientemente publicado, encontró una correlación
significativa entre una PVC menor a 5 cm. de agua y una excelente respuesta
al tratamiento con reposición de volumen y sal (6). En nuestra
experiencia, este método nos ha permitido diferenciar ambos cuadros,
obteniendo una excelente respuesta al tratamiento específico.
El valor de la PVC debe ser evaluado cuidadosamente en pacientes con
insuficiencia cardíaca, quienes pueden tener la PVC elevada debido
a falla de bomba. Los valores de hormona antidiurética pueden
estar elevados en ambos síndromes (10, 13).
Otros diagnósticos diferenciales son iatrogenia y trastornos
metabólicos (Tabla 2), los que deben ser descartados para plantear
el diagnóstico de EPS (10).
TABLA 2 (10)
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1 .-
|
Diuréticos
|
2.-
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Exceso de aporte de agua libre
|
3.-
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Insuficiencia suprarrenal
|
4.-
|
Insuficiencia cardíaca
|
5.-
|
Insuficiencia hepática
|
6.-
|
Insuficiencia renal
|
7.-
|
Hipotiroidismo
|
|
CLINICA
La mayoría de los pacientes con EPS presentan hiponatremias
leves, mayores a 125 Meq/L, autolimitadas y rara vez desarrollan complicaciones
clínicas mayores (26, 27). Hiponatremias menores a 125 Meq/L
pueden manifestarse por convulsiones o compromiso de conciencia cualitativo
o cuantitativo (21, 25).
TRATAMIENTO
El tratamiento de la EPS es el de la patología de base, y específicamente,
la reposición de sal y agua. El SSIHAD, por el contrario, se
trata fundamentalmente con una disminución del aporte de agua
(4). El método para reponer sodio y agua en la EPS es diverso,
siendo dos los conceptos más importantesÝ: reponer suficiente
sodio y volumen para revertir el cuadro en pocos días y evitar
el aporte rápido de sodio para prevenir la mielinolisis pontina
(21), se recomienda no aumentar la natremia en más de 12 mmol/litro
en 24 horas (33). La mayoría de los pacientes con EPS presentan
hiponatremias mayores a 125 Meq/L, requiriendo para su tratamiento sólo
aporte de volumen isotónico. En cambio, en pacientes con hiponatremia
grave y sintomática, se recomienda administrar cloruro de sodio
al 3%, en un volumen de 1ml/Kg., seguido de 0.5ml/Kg/hora., hasta lograr
una natremia de 125 mmol/litro (25). La natremia debe controlarse en
forma horaria (25). Algunos autores recomiendan el uso de esteroides
con un potente efecto mineralocorticoide como la fludrocortisona (22).
Un trabajo bien diseñado, mostró una disminución,
estadísticamente significativa, en la incidencia de un balance
de sodio negativo en los primeros 12 días de tratamiento con
fludrocortisona en pacientes con HSA (11), sin embargo, no hubo diferencia
en la volemia del grupo tratado y control (11). Es interesante que el
grupo tratado presentó una incidencia menor de isquemia cerebral
respecto al grupo control, aunque no hubo significancia estadística.
Los autores postulan un error tipo 2, es decir, una cantidad de pacientes
insuficientes para demostrar diferencia estadística (11). Los
efectos adversos descritos para la fludrocortisona son poco frecuentes,
destacando, edema pulmonar agudo, hipocalemia e hipertensión
arterial (10,11).
Es la opinión del autor, que cuando el diagnóstico diferencial
entre EPS y SSIHAD no sea posible en pacientes con HSA, se trate al
paciente como si tuviera EPS y se titule al menos dos veces al día
la respuesta clínica y de laboratorio a la terapia, debido fundamentalmente,
al riesgo de vasoespasmo al inducir hipovolemia.
CONCLUSIONES.
- La encefalopatía perdedora de sal es una patología frecuente
en pacientes con enfermedades neurológicas graves, entre ellas
destaca la hemorragia subaracnoídea.
- El mecanismo fisiopatológico que explica la encefalopatía
perdedora de sal es aún desconocido. Al parecer, péptidos
con acción natriurética, tienen un papel importante en
su génesis.
- El diagnostico diferencial más importante de la encefalopatía
perdedora de sal es el síndrome de secreción inapropiada
de hormona antidiurética, su diferenciación es trascendente
y no siempre fácil. El tratamiento es opuesto en ambos síndromes.
- Tratar pacientes con encefalopatía perdedora de sal, con restricción
de volumen, como se hace en el síndrome de secreción inapropiada
de hormona antidiurética, aumenta el riesgo de vasoespasmo en
pacientes con hemorragia subaracnoídea.
- La mayoría de los pacientes con encefalopatía perdedora
de sal presentan hiponatremia leve, su tratamiento es el de la patología
de base y el aporte de volumen isotónico.
- El tratamiento de la encefalopatía perdedora de sal grave,
debe ser precoz y prudente, evitando el aporte excesivo de sal para
prevenir la mielinolisis pontina.
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