"Los seres humanos están constantemente aprendiendo y la esencia
de ese aprendizaje es el cambio"(8).
INTRODUCCION
La recuperación de un daño encefálico en el ser
humano ocurre entre semanas y meses posteriores a la lesión.
Estudios con animales de laboratorio demuestran, claramente, que la
recuperación funcional después de un daño focal
cerebral puede ser modulada por drogas que afectan ciertos neurotransmisores
en el sistema nervioso central (SNC) (5).
El objetivo de esta revisión consiste en analizar aquellas drogas
que podrían ser usadas para facilitar la recuperación
funcional de un paciente, y también aquellas que son comúnmente
utilizadas para tratar problemas médicos concomitantes y que
pudieran impedir dicha recuperación.
MECANISMOS DE NEUROREHABILITACION
En una lesión de SNC es importante diferenciar el período
agudo (hrs. a días) del período subagudo (semanas a meses),
ya que involucran enfoques terapéuticos completamente diferentes.
En el período agudo predominan los mecanismos de neurotoxicidad
(excitotoxicidad por glutamato, radicales libres, activación
de proteasas y lipasas Ca++ dependientes, etc. ), en el cual se pueden
usar fármacos neuroprotectores que limiten la extensión
de la lesión (P. ej: zona de penumbra isquémica) (3).
El período subagudo es dominado por mecanismos de plasticidad
neuronal, en donde las acciones terapéuticas están destinadas
a favorecer la recuperación funcional del paciente (7). Como
ha sido demostrado en varios estudios, la severidad del déficit
motor inicial es el factor pronóstico predictivo de mayor peso,
tanto para la función motora como para la independencia en las
actividades de la vida diaria.
Potenciales Mecanismos de Neurorehabilitación:
- Resolución de diasquisis.
- Aumento de actividad de vías parcialmente respetadas ("desenmascaramiento").
- Uso de vías ipsilaterales.
- Reorganización cortical y subcortical (plasticidad morfológica).
- Plasticidad farmacológica / neurotransmisores.
- Entrenamiento conductual.
El concepto de diasquisis, introducido por Von Monakow, se refiere
a la alteración de la función en regiones del cerebro
que son lejanas al sitio de lesión primaria. Ejemplos de esta
depresión funcional incluyen el hipometabolismo cerebeloso cruzado
contralateral al infarto hemisférico y similares efectos en distintas
áreas ipsi y contralaterales de la corteza cerebral. La evidencia
sugiere que en algunos casos, la diasquisis y el déficit funcional
acompañante pueden ser modificados a través de intervenciones
farmacológicas (3).
Técnicas con tomografía con emisión de positrones
(PET) utilizadas para medir flujo sanguíneo cerebral (FSC) han
demostrado que la reorganización motora podría ser explicada
por el "desenmascaramiento" de áreas cerebrales alternativas
o adyacentes a la lesión. En algunos pacientes con infartos antiguos
de cápsula interna y que tuvieron excelente recuperación
clínica, se observó activación de la corteza motora
ipsilateral al miembro afectado; y en todos los pacientes con lesiones
del brazo posterior de la cápsula interna, hay una extensión
de la representación de la mano de la corteza motora contralateral.
El reclutamiento de vías ipsilaterales se ha demostrado durante
la recuperación de pacientes con AVE, en donde hay un aumento
del FSC en corteza sensitivo-motora bilateral y en ambos hemisferios
cerebelosos (1). También pacientes que han sufrido una hemisferectomía,
pueden recuperar cierta función del hemicuerpo contralateral
a través de vías ipsilaterales que comandan esta recuperación
(8). El desarrollo de control ipsilateral en estas circunstancias ha
sido demostrado por técnicas de estimulación magnética
transcraneal (TMS) y PET.
Dentro de los mecanismos de reorganización cortical (10), hay
algunos que actúan en forma rápida (horas), como la activación
de vías colaterales y otros que lo hacen en forma lenta (semanas,
meses o años), como el brote axonal, desarrollo de nuevas sinapsis
y nuevas conexiones neuronales (11). Probablemente, el brote axonal
y la sinaptogénesis sean regulados por factores in situ como
el factor-1 de crecimiento tipo insulina que aumenta antes y durante
el período de crecimiento axonal (10).
En humanos, se ha demostrado el establecimiento de nuevas conexiones
mediante la siguiente observación: después de avulsión
de una raíz cervical, se anastomosa el nervio intercostal con
el nervio musculocutáneo para mantener la actividad del bíceps
braquial. Se observó, por mapeo con estimulación magnética
transcraneal, un movimiento de 4 cm (en 2 a 3 años) de la zonas
de excitabilidad del músculo en la corteza, lo cual solo puede
ser atribuible, por la distancia considerada, al establecimiento de
nuevas vías (10).
La amputación de dígitos en monos causa el aumento de
la representación cortical de los dígitos vecinos, demostrando
que zonas adyacentes toman su función.
Ha sido ampliamente reconocido, que neurotransmisores y drogas relacionadas,
pueden influenciar profundamente la plasticidad cortical y procesos
de aprendizaje específicos, de los cuales es dependiente la recuperación.
Se ha demostrado que mediante intervenciones farmacológicas,
tempranas y tardías, se influye, a ciencia cierta, en la recuperación
de un individuo (3).
Los mecanismos propuestos de acción farmacológica consisten
en:
- Activación de vías centrales noradrenérgicas
y dopaminérgicas, que podrían promover la potenciación
de largo término (que es el proceso que facilita la sinaptogénesis).
- Aceleración de recuperación de diasquisis.
- Facilitación del uso de vías alternativas.
En monos, después de la provocación de infartos, se ha
observado un cambio en la representación cortical de la mano,
en relación a la terapia de rehabilitación, con ella se
previene una pérdida mayor de representación cortical
del tejido adyacente y además se induce la expansión del
territorio de la mano hacia la corteza vecina, en asociación
con la recuperación del movimiento (10). Los mapas de representación
cortical en primates adultos son alterables, en función del estímulo
sensitivo y la experiencia. En humanos la representación cortical
de la mano de individuos no videntes, que leen Braille, es mayor que
la del hemisferio contralateral o la de sujetos no entrenados. Se sabe,
por estudios con PET, que la estimulación táctil de 1
o 2 dígitos causa aumento de la representación cortical
de los mismos. También es conocido que, en seres humanos, las
áreas motoras son modificables, ya sea por patología central,
periférica o el aprendizaje de habilidades.
En términos generales, se puede decir que tanto el aumento de
actividad neural, por entrenamiento, como lesiones en SNC, provocan
franca reorganización cortical. Además, en ausencia de
terapia de rehabilitación, existe una mayor pérdida de
tejido en la zona que rodea la lesión original.
MEDICAMENTOS QUE PUEDEN IMPEDIR LA NEURORREHABILITACION
Existe una variedad de situaciones clínicas y/o patologías
concomitantes que complican la recuperación de una lesión
encefálica en el periodo subagudo, tales como hipertensión
arterial, crisis convulsivas, agitación psicomotriz, depresión
post-AVE, insomnio, etc. Muchos de los medicamentos regularmente utilizados
para tratar estas complicaciones han demostrado, tanto en animales de
laboratorio como en estudios clínicos, retrasar y aún
impedir en forma permanente la recuperación funcional de un paciente
(6).
La anfetamina es la droga más ampliamente estudiada entre aquellas
con capacidad de facilitar la recuperación funcional y cuyo mecanismo
seria mediado por la liberación de norepinefrina (NE), por lo
tanto aquellos fármacos que aumenten su metabolismo o disminuyan
su liberación serían teóricamente detrimentales.
En animales, la yohimbina (antagonista Alfa2) es benéfica
para la recuperación motora, mientras que la clonidina (agonista
Alfa2 ), la obstruye. La inyección intracortical de
GABA aumenta la hemiparesia producida por lesiones corticales pequeñas
en ratas (6). El diazepám y el fenobarbital tienen un efecto
similar, impidiendo la recuperación de lesiones corticales.
El análisis clínico realizado por Goldstein en 1995 (basado
en los datos obtenidos del estudio multicéntrico de los efectos
del gangliósido GM1 después del AVE isquémico),
demostró claramente los resultados nocivos del uso de un grupo
determinado de drogas. Este, fue un trabajo prospectivo y doble ciego
en donde fueron incluidos 140 pacientes con AVE de circulación
carotídea dentro de 48 horas de producido. Los pacientes fueron
divididos en dos grupos de acuerdo a los medicamentos que recibieron
en los primeros 28 días. Aquellos que recibieron medicamentos,
que los estudios de laboratorio indicaban que podían alterar
su recuperación, fueron asignados al grupo de drogas potencialmente
ídetrimentalesî. El análisis multivariado encontró
que el grupo de droga detrimental fue un factor negativo independiente
de las condiciones de comorbilidad de cada paciente. Este grupo estaba
compuesto por: Benzodiazepinas, agonistas dopaminérgicos, agonistas
á2 ( clonidina ) antagonistas á1
( prazosin ), fenitoína (FNT) y fenobarbital (FNB).
Considerando diferentes grupos de medicamentos, podemos decir:
Antihipertensivos y drogas relacionadas: La clonidina dada el
día posterior a una lesión cortical tiene efectos prolongados
negativos en la recuperación motora de animales y reinstala el
déficit inicial. También lo hacen el prazosin y la fenoxibenzamina,
mientras que el propanolol no tiene este efecto.
Ansiolíticos: El diazepám impide la recuperación
motora en ratas en forma mantenida.
Anticonvulsivantes: La FNT y el FNB retrasan en forma permanente
la rehabilitación motora de animales. La carbamazepina no tiene
efecto deletéreo.
Antidepresivos: La trazodona altera la recuperación mientras
que la desipramina, la facilita. La fluoxetina y la amitriptilina no
tendrían mayor efecto pero algunos estudios demuestran efectos
positivos de la primera, aunque estos resultados serían atribuibles
a que del 20 al 60% de los pacientes con AVE presentan depresión
y que al ser tratada mejoraría la participación activa
del paciente en los programas de rehabilitación (2).
De los datos anteriores se puede concluir que durante el período
de rehabilitación, se deberían utilizar aquellos fármacos
que no tengan posibles efectos perjudiciales para la recuperación
del paciente. Además se debe tener un bajo umbral en la detección
de depresión post-AVE para su oportuno tratamiento.
MEDICAMENTOS QUE FAVORECEN LA NEUROREHABILITACION.
Como ya se señaló, la anfetamina es el medicamento más
ampliamente estudiado en relación a la recuperación motora
de lesiones cerebrales. Se sabe que en animales, no solo acelera la
recuperación sino que también restituye la función
que podría haberse perdido en forma permanente. Por ejemplo en
ratas:
- Aumenta la recuperación de la función sensitiva después
de infarto.
- Aumenta la recuperación motora post-AVE isquémico.
- Facilita la rehabilitación motora post-TEC.
El mecanismo postulado sería por los efectos centrales de la
NE. La destrucción del Locus-Ceruleus (la mayor fuente de NE
en SNC) altera la recuperación motora en animales.
Los estudios realizados en seres humanos hasta la fecha son básicamente
tres y en dos de ellos se demostró un efecto beneficio.(4). Cada
uno tuvo grandes diferencias metodológicas, por lo cual es necesario
analizarlos con más detalle: el primer estudio consistió
en 8 pacientes con déficit motor estable post-AVE isquémico
fueron randomizados dentro de 10 días del evento. Se les dio
10 mg de anfetamina o placebo y se acompañó de intensa
terapia física dentro de 3 horas de la administración
de la droga. El grupo con anfetamina presentó una mejoraría
significativa, mientras que en el grupo placebo no hubo cambios. En
el segundo estudio, que fue negativo, 24 pacientes fueron randomizados
para recibir anfetamina o placebo en forma de doble ciego. Se les administró
10 mg de anfetamina por 14 días y 5 por 3 días. A diferencia
del estudio anterior, no hubo una estrecha relación con terapia
física, y la administración de la droga comenzó
después de 30 días del AVE. En un tercer estudio con 10
pacientes, doble ciego, placebo-control, 5 recibieron una dosis de 10
mg de anfetamina cada 4 días y cada dosis relacionada con terapia
física. En total, hubo 10 sesiones y el estudio comenzó
entre 15 y 30 días posteriores al evento isquémico. La
evaluación final fue realizada un año después.
Los pacientes tratados tuvieron mejorías significativamente mayores
en los puntajes de función motora comparado con el grupo placebo.
Además, el beneficio persistió al menos durante un año
(12).
Principios generales de tratamiento en neurorehabilitación
Los efectos del fármaco son dosis-dependiente. La anfetamina
tiene una curva efecto-dosis en forma de U invertida: Inefectiva a bajas
y también a altas dosis.
El momento de la administración de la droga es crucial: en el
período agudo de la lesión, ciertos fármacos como
los barbitúricos pueden tener una acción íneuroprotectoraî,
pero impiden la recuperación en el período de rehabilitación.
También el período de efectividad puede ser limitado (ventana
terapéutica). La anfetamina en gatos es efectiva si es dada después
de 10 días de producida una lesión, pero no si es dada
después de 3 meses.
El efecto de ciertas drogas es dependiente de la experiencia conductual
del animal: los efectos de anfetamina en la recuperación motora
en ratas es suspendido si se bloquea el entrenamiento motor simultáneo
(4).
CONCLUSIONES
De esta revisión se concluye que el período de reorganización
cortical que ocurre posterior a una lesión de SNC es un período
ampliamente dinámico, el cual puede ser influenciado por diversos
factores, entre ellos, fármacos. Algunos de estos fármacos
tendrían un efecto nocivo en la recuperación funcional
de un paciente, mientras que otros la favorecerían. En relación
al uso de anfetamina en neurorehabilitación, es necesario señalar
que los trabajos en humanos hasta la fecha son pocos y con escasa cantidad
de pacientes, pero que, sin embargo revelan un claro efecto positivo.
Por los datos que se disponen, se podría usar en pacientes con
AVE isquémico, entre 15 a 30 días de producido el evento
en dosis de 10 mg/día-sesión y asociado con intensa terapia
física. Probablemente, durante 10 sesiones, y cada sesión
separada por 3 o 4 días. Obviamente, se deberían excluir
pacientes en edades extremas, con patología cardiovascular, historia
de adicciones, enfermedades psiquiátricas u otro tipo de enfermedades
medicas y/o neurológicas concomitantes (como por ejemplo hipertiroidismo).
También se debería excluir aquellos pacientes que por
la gravedad de su lesión neurológica no puedan participar
activamente en una terapia de rehabilitación.
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