INTRODUCCION

El Trastorno Bipolar del Animo constituye una entidad clínicamente compleja ya que presenta manifestaciones semiológicamente diversas a lo largo de su evolución cursando además con períodos críticos, donde la sintomatología se presenta, y otros de reposo donde la recuperación suele ser casi absoluta (10). Etiológicamente se han postulado diversas hipótesis que implican la presencia de una disregulación de los sistemas monoaminérgicos en sujetos genéticamente vulnerables y en respuesta a factores orgánicos ambientales en el caso del Trastorno Monopolar (10, 15, 19).

La enfermedad se caracteriza por presentar períodos de exaltación anímica comúnmente conocidos como Episodios Maníacos y en los que el paciente refiere sentimientos de grandiosidad, mayor iniciativa verbal y precipitación en el discurso, disminución de la necesidad de dormir, fuga de ideas o la experiencia subjetiva de que el pensamiento corre rápidamente, distraibilidad, hiperactividad o excitación psicomotriz, descontrol impulsivo e hipersexualidad (Tabla N° 1). Junto con lo anterior existen períodos de empeoramiento del estado de ánimo, los Episodios Depresivos, caracterizados por sentimientos de tristeza o vacio, disminución del interés y la capacidad de experimentar placer, pérdida de peso cercana a un 5% del peso corporal en un mes junto con marcada disminución del apetito, alteraciones del ciclo sueño - vigilia, alteraciones de la psicomotricidad, fatiga o pérdida de energía, sentimientos de minusvalía y culpa que pueden, incluso, llegar a ser delirantes, alteraciones cognitivas e ideas reiterativas referidas a la muerte pudiendo existir ideación suicida. Los síntomas depresivos deben presentarse durante un período de 2 semanas.

Pueden también existir Episodios Mixtos (Tabla N° 2).

De acuerdo con las más recientes clasificaciones (6) los Trastornos del Estado de Animo pueden ordenarse de la siguiente manera:

1.- Trastornos Bipolares:

a.- Trastorno Bipolar I: Existe uno o más episodios maníacos o mixtos usualmente acompañados de un episodio depresivo mayor.

b.- Trastorno Bipolar II: Existe uno o más episodios depresivos mayores acompañados de al menos un episodio hipomaníaco.

c.- Trastorno Ciclotímico: Se caracteriza por presentar durante un período de al menos 2 años numerosos síntomas hipomaniacales que no reunen todos los criterios para diagnosticar un episodio maníaco y frecuentes períodos de síntomas depresivos no suficientes como para diagnosticar un episodio depresivo mayor.

d.- Trastorno Bipolar no Especificado.

2.- Trastornos Depresivos (Monopolares):

a.- Trastorno Depresivo Mayor: Existe uno o más episodios depresivos mayores en los cuales, y por un período de al menos 2 semanas, el ánimo reune los criterios diagnósticos descritos.

b.- Trastorno Distímico: Durante un período de al menos 2 años el ánimo se presenta depresivo la mayor parte del día y, si bien existen síntomas depresivos, estos no reunen los criterios necesarios para diagnosticar un episodio depresivo mayor.

c.- Trastorno Depresivo no Especificado.

3.- Otros:

a.- Trastorno del ánimo secundario a una enfermedad médica.

b.- Trastorno del ánimo secundario al abuso de substancias.

c.- Trastorno del ánimo no especificado.

El Trastorno Bipolar I afecta aproximadamente a un 0.8% de la población adulta con un rango que varía entre un 0.4% y un 1.6% según los diversos estudios epidemiológicos y afecta en igual proporción a hombres y mujeres mientras que el Trastorno Bipolar II tiene una prevalencia de aproximadamente un 0.5% a lo largo de la vida siendo más frecuente en mujeres.

La edad de la aparición de los primeros síntomas fluctúa entre los 15 y los 19 años sin embargo debido a la presencia de sintomatología mixta o abigarrada el diagnóstico propiamente tal suele hacerse un poco más tardíamente. Se han reportado raros casos por debajo de los 12 años y aquellos diagnosticados por sobre los 60 pueden asociarse con factores médicos generales incluída la enfermedad cerebro vascular.

La evidencia disponible de estudios en gemelos sugiere fuertemente que el Trastorno Bipolar es una enfermedad hereditaria, sin embargo el modo de herencia y la influencia de los factores ambientales permanece incierta (10).

 

ALTERNATIVAS TERAPEUTICAS

Hasta hoy el Trastorno Bipolar carece de un tratamiento que elimine de manera absoluta y permanente la enfermedad. Los esfuerzos terapéuticos están destinados entonces a conseguir una disminución significativa en la frecuencia, la intensidad, la severidad y las eventuales consecuencias permanentes del trastorno en estos enfermos mejorando su calidad de vida.

Debido a sus características clínicas, una enfermedad crónica que cursa con reagudizaciones periódicas, el enfoque general del tratamiento debe considerar los aspectos agudos y longitudinales del trastorno.

Entre las distintas opciones el tratamiento debe incluir (12):

a. Características Generales

Establecer y mantener una alianza terapéutica, monitorizar el estado del paciente, entregar educación respecto del trastorno, mejorar la adherencia terapéutica, promover patrones estables de actividad, identificar precozmente nuevos episodios, disminuir las secuelas y la morbilidad de la enfermedad.

b. Tratamiento Biológico

Se incluyen aquí herramientas farmacológicas y la terapia electroconvulsiva reservándose esta última para aquellos casos en que no hay respuesta farmacológica o cuando ésta se haya contraindicada o bien en aquellos casos graves en quienes no es posible esperar que la medicación comience a ser efectiva.

El tratamiento farmacológico es un elemento vital dentro del tratamiento de estos pacientes ya sea para el manejo de síntomas maníacos o depresivos o para prevenir nuevos episodios. En términos generales los fármacos pueden clasificarse en las siguientes categorías: Estabilizadores del ánimo: fármacos con acción antimaníaca y antidepresiva. Fármacos antimaniacales. Fármacos antidepresivos. Fármacos de uso colateral o sintomático: antiparkinsonianos, betabloqueadores, etc. Fármacos atípicos.

En esta revisión nos referiremos al grupo de los estabilizadores del ánimo donde existe una evidencia bastante consistente en cuanto a la utilidad del Litio como fármaco de primera línea y de la Carbamazepina y el Acido Valproico como segunda o alternativa eficiente en algunos casos especiales.

 

ACIDO VALPROICO

Un creciente número de publicaciones ha venido demostrando que las drogas antiepilépticas tienen propiedades en el tratamiento agudo y profiláctico de pacientes con Trastorno Bipolar incluídos aquellos que presentan una respuesta inadecuada o intolerancia al tratamiento con Litio. Entre estas drogas es posible encontrar anticonvulsivantes tradicionales como la Carbamazepina, la Fenitoína y el Acido Valproico o más recientes como la Oxcarbazepina así como benzodiazepinas: Clonazepam y Lorazepam (2).

El Acido Valproico fue sintetizado por Burton en los Estados Unidos en 1882 y se le usó principalmente como solvente orgánico. En 1963 Meunier, en Francia, lo usó como vehículo de otras drogas antiepilépticas en prueba pero observó que estas sólo eran efectivas en compañía de su "vehículo". De ahí en adelante la investigación se centró en esta droga y su uso como antiepiléptico se autorizó en Francia en 1967, en Holanda y Alemania en 1968, en el Reino Unido en 1973 y en los Estados Unidos en 1978. Curiosamente el primer reporte del uso del Acido Valproico en Trastorno Bipolar fue también hecho en Francia por Lambert en 1966 (5).

El Trastorno Bipolar es una enfermedad que tiene distintos momentos clínicos por lo que al hablar del uso de Acido Valproico en ella lo haremos considerando estas etapas:

Manía Aguda

Existen numerosos estudios abiertos y algunos que comparan la acción del Acido Valproico con Litio y con placebo (12). En general todos han demostrado una tasa de eficiencia promedio de 56% en cuanto a una reducción de moderada a manifiesta de los síntomas maníacales. En estos estudios la recuperación ocurre entre 3 y 14 días de haberse alcanzado una concentración plasmática igual o superior a 50 ugr/ml. (1, 3).

Al dar una dosis oral de carga de 20 mg/kg/día de Acido Valproico la respuesta antimaníacal puede obtenerse antes de 5 días (12) pero hay pacientes que no responden al uso de un estabilizador del ánimo por separado, en ellos se sugiere que el efecto antimaníacal del Acido Valproico puede ser potenciado por la asociación de Litio, Carbamazepina o neurolépticos incluída la Clozapina.

Se ha descrito que episodios de hipomanía presentes en la Ciclotimia y posiblemente pacientes portadores de un Trastorno Bipolar II podrían responder a dosis menores de Acido Valproico (125-500 mg/día ó 20-45 ugr/ml) (3, 12).

Depresión Bipolar Aguda

Los estudios publicados hasta hoy (2, 17) no muestran una evidencia consistente en cuanto al rol antidepresivo del Acido Valproico. Los resultados señalan cifras de recuperación moderada cercanas a un 30% de los casos cuando el tratamiento se mantiene por largo plazo, de esta forma es posible suponer que más que antidepresivo el efecto de la droga es, precisamente, como estabilizador del ánimo.

Algunos autores sugieren que talvez el rol del Acido Valproico en la depresión sea el de idicarse asociado al tratamiento antidepresivo en aquellos pacientes que desarrollan hipomanías farmacológicas (12).

 

Tratamiento Profiláctico

No existen estudios controlados de largo plazo pero la evidencia disponible señala que la mantención de un tratamiento con Acido Valproico puede reducir la intensidad y la frecuencia de los episodios maníacales y de los episodios mixtos no así de los depresivos en pacientes portadores de un Trastorno Mixto (Tabla N° 2), un Trastorno Bipolar II, cicladores rápidos (aquel que ha presentado al menos 4 episodios de trastorno del ánimo en los últimos 12 meses cumpliendo los criterios para Manía, Depresión Mayor, Hipomanía o Episodio Mixto) y un Trastorno Esquizoafectivo. El efecto estabilizador del ánimo puede aumentarse asociando al tratamiento Litio, Carbamazepina, antipsicóticos tradicionales o Clozapina, antidepresivos y hormonas tiroídeas (13).

 

Predictores de Respuesta

De acuerdo con lo aquí señalado es posible resumir aquellas características clínicas que se asocian con una respuesta más favorable al uso de Acido Valproico en las siguientes: cicladores rápidos, manía disfórica o mixta, edad de aparición tardía, historia de enfermedad breve, manía asociada a enfermedad médica o neurológica (16), adolescentes con retardo mental y manía disfórica (11), manía asociada con trastorno de la personalidad y conducta impulsiva (20), adolescentes con enfermedad efectiva y abuso de drogas.

 

Farmacocinética y Efectos Laterales

Comparado con los otros estabilizadores del ánimo el Acido Valproico tiene una tasa relativamente baja de efectos adversos y el porcentaje de interrupción del tratamiento por intolerancia es también bajo: 11% Litio, 6% Acido Valproico y 3% placebo.

En nuestro medio el divalproato sódico, que es la formulación utilizada en enfermedad afectiva, se haya disponible en tabletas con cubierta entérica de 250 y 500 mgrs., el cual es rápidamente absorbido tras su ingesta oral a nivel gastrointestinal. el peak máximo de concentración plasmática se alcanza a las 2 horas de la ingesta. Es excretado por glucoronización y oxidación hepática pudiendo elevar dichas pruebas por lo que es recomendable testearlas antes y durante el tratamiento. Se une en un 90% a proteínas y sólo un 5% se elimina sin cambios por la vía urinaria (5).

Se sugiere comenzar el tratamiento con dosis de 15 mgr/kg/día pudiendo llegarse hasta 30 mgr dividiéndose la dosis en 2 ó 3 tomas diarias. Cabe recordar, sin embargo, que el Acido Valproico guarda poca relación entre la dosis oral y el nivel plasmático y en general los efectos laterales suelen verse con niveles plasmáticos superiores a 100 - 125 ugr/ml. (1).

El Acido Valproico altera los niveles plasmáticos de algunos fármacos:

Aumenta: Carbamazepina, generando síntomas de toxicidad. Fenobarbital, con aparición de sedación. Primidona.

Disminuye: Fenitoína.

Aumenta efecto de: Fenobarbital, Diazepam, Etosuximida, Fenotiazinas.

Además se favorece la aparición de crisis convulsivas al asociarlo con antidepresivos imipramínicos y potencia el efecto de la Aspirina y otros antiagregantes plaquetarios aumentando el riesgo de hemorragias (18).

Entre los posibles efectos secundarios es posible señalar (14):

1.- Efectos Generales: Somnolencia, náuseas y vómitos, temblor, alteraciones cognitivas y de memoria, anorexia, pesadillas, cefalea, cefalea y vértigo.

2.- Dermatológicos: Rush cutáneo de diversas formas, alopecia, despigmentación.

3.- Hematológicos: Alteración de los factores de coagulación (18), linfopenia, trombocitopenia.

4.- Digestivos: Pancreatitis, hepatoxicidad.

5.- Varios: Lupus eritematoso, hiperamonemia, hiperglicemia, hiperglicosuria.

Hasta aquí se han reseñado las principales características del uso del Acido Valproico en la enfermedad afectiva y se han mencionado algunos otros aún en etapa experimental. A modo de síntesis podemos describir los siguientes algoritmos terapéuticos para la Manía Clásica, los Ciclos Rápidos y la Manía Mixta.

 

 

REFERENCIAS

1.- Bowden, Ch. L. M.D., et al. Relation of Serum Valproate concentration to response in Mania. Am J Psychiatry 153 (6): 765-770, 1996.

2.- Bowden, Ch. L., M.D.; McElroy S.L.. History of the development of Valproate for treatment of bipolar disorder. J. Clin. Psychiatry 56 Suppl. 3: 3-5, 1995.

3.- Calabresse J.R., Delucchi G.A. Spectrum of efficacy of Valproate in 55 patients with rapid- cycling bipolar disorder. Am J Psychiatry 147 (4): 431-434, Apr 1990.

4.- Calabresse J.R., Fatemi S.H., Kujawa M., Woyshiville M.J. Predictors of response to mood stabilizers. J Clin Psychopharmacol. 16 (2 Suppl 1): 24-31, Apr 1996.

5.- David P. Acido Valproico. Rev. Chil. Neuropsiquiat. 34: 331-336, 1996.

6.- Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, fourth edition DSM-IV. American Psychiatric Press, Washington pp. 317-391, 1994.

7.- Hayes S.G. Long term use of Valproate in primary psychiatric disorders. J. Clin. Psychiatry 50 Suppl: 35-39, Mar 1989.

8.- Kmetz G.F., McElroy S.L., Collins D.J. Response of Kleptomania and Mixed Mania to Valproate. Am J Psychiatry 154 (4): 580-581, Apr 1997.

9.- Levy R., Mattson R., Meldrum B. Antiepileptic Drugs. Fourth edition, Raven Press, New York pp. 581-639, 1995.

10.- Ojeda F.C., Cabrera C.J., Silva I., Leiva L.F. La Depresión Bipolar. Ed. Soc. de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía. Santiago, 1991.

11.- Papatheodorov G., Kutcher S.P. Divalproex sodium treatment in late adolescent and young adult acute mania. Psychopharmacol. Bull 29 (2): 213.219, 1993.

12.- Practic Guideline for the treatment of patients with Bipolar Disorder. Am J Psychiatry 151: 12 December 1994, Suppl.

13.- Prien R.F., Gelenberg A.J. Alternatives to Lithium for preventive treatment of Bipolar Disorder. Am. J Psychiatry 146 (7): 840-848, July 1989.

14.- Retamal C.P., Lolas S.F. Indicaciones psicofarmacológicas en la práctica médica. Ed. Soc. de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía. Santiago, 1991.

15.- Schatzberg A.F., Nemeroff Ch.B. The American Psychiatric Press Textbook of Psychopharmacology. American Psychiatric Press, Washington. pp. 360-366, 1995.

16.- Stoll A.L., Banov M., Kolbrener M. Neurologic factors predict a favorable Valproate response in bipolar and schizoaffective disorders. J Clin Psychopharmacol. 14 (5): 311-313, Oct. 1994.

17.- Swann A.C., et al. Depresion during Mania. Arch Gen Psychiatry 54: 37-42, Jan 1997.

18.- Tohen M., et al. Blood dyscrasias with Carbamazepine and Valproate: A pharmacoepidemiological study of 2228 patients at risk. Am J Psychiatry 152 (3): 413-418, 1995.

19.- Watson S. Biology of schizophrenia and affective disease. American Psychiatric Press, Washington. pp. 239-257, 1996.

20.- Wilcox J. Divalproex sodium in the treatment of aggressive behavior. An Clin Psychiatry 6 (1): 17-20, 1994.