EPIDEMIOLOGIA

El problema de los tumores cerebrales es de gran importancia en las patologías del sistema nervioso. En Chile estadísticamente se desarrollan 2.000 tumores anuales. Los más frecuentes en los adultos son las metástasis, astrocitomas, meningiomas y adenomas hipofisiarios y en los niños astrocitomas y meduloblastomas. Los gliomas malignos representan el 25% del cáncer entre 15 y 34 años de edad.

 

PATOLOGIA

Los gliomas de alto grado se caracterizan por su rápido crecimiento y alto nivel de invasión. Para tratarlos se utiliza cirugía, radioterapia, quimioterapia e inmunoterapia. Aún con las combinaciones de todas estas modalidades los buenos resultados son extremadamente raros debido a que las células remanentes que infiltran el tejido cerebral aparentemente sano, causan inevitablemente la recurrencia tumoral. En los últimos años se está utilizando la quimioterapia hasta llegar a la aplasia de la médula ósea, combinada con transplante de ésta al término de las drogas, con el riesgo que esto implica y el alto costo económico.

Les describo un ejemplo de este tipo de terapia múltiple. Claudia, paciente de 38 años presentó en diciembre de 1992 un Oligodendroglioma parietal grado III. Fue intervenida con extirpación macroscópica completa, seguida de radioterapia precoz de 6.000 RADS y quimioterapia con transplante de médula ósea. Evolucionó sin síntomas de recurrencia hasta julio de 1994 (18 meses de la intervención), en que comienza a presentar cefalea y crisis convulsivas y en la TC y Spect se confirmó el desarrollo de una recidiva.

Con estos resultados que comparten la mayoría de los neurocirujanos nos preguntamos ¿cómo seguir en esta batalla?

Posibilidad 1: realizar biopsia estereotáxica y luego intervenir sólo los casos con mayor probabilidad de éxito (gliomas de bajo grado).

Posibilidad 2: continuar operando con cirugía resectiva, más radioterapia y quimioterapia con el fin de prolongar la vida unos pocos meses más a pesar de que sabemos nuestras bajas posibilidades de éxito. Por otra parte, ya que la sobrevida de los gliomas de alto grado a 2 años, utilizando todo el arsenal disponible, es del 6% con la posibilidad uno estamos rindiéndonos sin dar ninguna batalla ante el 60% de los gliomas que son los de alto grado.

Posibilidad 3: empleemos otras estrategias para atacar al enemigo, ya que actualmente la batalla que damos los neurocirujanos podría compararse a las utilizadas en el medioevo, para asediar ciudades, con la espada, el cuchillo, el fuego y el aceite hirviendo (bisturí, radioterapia y quimioterapia). Seguramente muchos de los ocupantes de esas ciudades asediadas murieron en la contienda, pero los sobrevivientes volvieron a repoblar Europa con una población aún mayor.

 

TERAPIA GENETICA, INMUNOTERAPIA Y NUEVAS QUIMIOTERAPIAS

Estas son las nuevas estrategias en etapas de investigación.

En las guerras modernas los paises desarrollan servicios de espionaje que les permiten conocer todas las costumbres del enemigo, su tipo de alimentación, sus puntos fuertes y aspectos débiles físicos y psíquicos. De manera similar en los últimos años se han investigado las características biológicas de las células sanas y cancerosas a fin de poder atacar a estas últimas en forma más efectiva.

El desarrollo de la biología ha permitido averiguar más y más dichas características, conociéndose su funcionamiento interno y se han iniciado planes y estrategias de reciente invención.

La genética y la biología molecular son las ramas de la investigación celular que más han contribuído al conocimiento de las células sanas y cancerosas: todos los seres vivos están compuestos por células que se rigen por un código genético universal, heredado a través del mismo compuesto químico: el ácido desoxirribonucleico (DNA) y todas las células utilizando mecanismos casi idénticos emplean este código para generar sus proteínas y otros componentes necesarios para el crecimiento y por último reproducirse de modo que, cuanto aprendemos de una especie puede ser aplicable a muchas otras.

En todos los seres multicelulares hay una gran variedad de tejidos que la componen con sus instrucciones genéticas específicas para el crecimiento y sobrevida de los diversos tipos celulares. Cuando estas instrucciones son modificadas o fallan, puede producirse el crecimiento excesivo de un tipo de células generándose un tumor. Luego para entender el desarrollo neoplásico es necesario conocer cómo son las instrucciones genéticas y los mecanismos bioquímicos con que funcionan esas instrucciones.

Mientras la biología celular se enfoca en la actividad de la célula entera, la biología molecular investiga su composición interna. Esto ha sido posible porque los componentes de las células, sean enzimas, organelos o cromosomas, conservan sus características estructurales y funcionales después de haber sido extraídas de éstas. La habilidad para disecar los ingredientes básicos celulares ha sido aplicada al código genético que es el que dirige la síntesis de las proteínas celulares, tanto de las células normales como de las cancerosas. Como sabemos estas instrucciones genéticas están depositadas en la doble elix del DNA que en su composición íntima está compuesto por cuatro desoxirribonucleótidos cuyas bases son adenina, citocina, guanina y timidina. El proceso de síntesis de cada tipo de proteína se inicia con el acoplamiento frente al DNA de moléculas que se ordenan formando el RNA que se transporta desde el núcleo al citoplasma llamado RNA mensajero, por llevar el molde para los aminoácidos que conformarán las proteínas a sintetizar.

 

LESIONES GENETICAS Y MUTACIONES

El código genético dispuesto en los genomas se basa en las formas que están ordenadas las bases nucleótidas en la doble elix. Cualquier modificación a este ordenamiento constituye una MUTACION que traerá como consecuencia que al comandar la ordenación del RNA y éste a los aminoácidos en el citoplasma, las proteínas sintetizadas serán diferentes a las dispuestas en el esquema original. Estas mutaciones pueden ser menores o mayores siendo estas últimas las que pueden determinar variaciones significativas en el fenotipo del individuo que la sufre. Si el aminoácido cambiado es importante puede producir una enfermedad por ejemplo la anemia falciforme causada por la sustitución mutante de un sólo aminoácido de uno de los componentes de la hemoglobina. La concepción actual del cáncer es que ésta es una enfermedad de genes alterados y siendo el DNA la base molecular genética, el cáncer es una enfermedad del DNA.

Cada vez que una célula humana se divide, el DNA debe replicarse como si fuera un manuscrito bioquímico que posee 3 millones de caracteres. En el curso de la transcripción de este inmenso documento, hasta el más hábil copista puede hacer errores, si bien la mayoría de estos son rápidamente corregidos por una proteína especializada. Si el error es muy grande, dicho mecanismo es insuficiente y se produce una mutación. Si esta alteración genética afecta a las células gonadales se transmitirá a los hijos con iguales características, modificando el fenotipo de la progenie.

Estos genes mutados cuando tienen potencialidades oncogenéticas aún sin manifestarse, se les llama protoncogenes. Agentes cancerígenos radiantes y químicos pueden activarlos desarrollándose células cancerosas rápidamente multiplicables e inmortales.

La demostración del efecto mutante observado en los genes de drosófila melanogaster por los rayos X y luego el mismo efecto observado en las células de tumores producidos por sustancias químicas carcinogenéticas llevó a concluir que las células cancerosas son consecuencia de la mutación de células sanas, o aparentemente sanas, con protoncogenes. Finalmente se pudo establecer que mientras más potentes son los agentes carcinogenéticos, mayor número de mutaciones se encuentran en los cromosomas de las células cancerosas.

En resumen las mutaciones genéticas que pueden dar origen a células tumorales son producidas por agentes ionizantes, químicos, alimenticios, virales y por genes hereditarios anteriormente mutados (protoncogenes).

Otro factor de gran importancia es la mutación de genes tumor-supresores, que al modificarse pierden su eficacia de proteger al genoma sano, permitiendo el desarrollo canceroso (ver más adelante).

 

VIRUS Y CANCER

Además de las radiaciones ionizantes y sustancias químicas, otros agentes oncogenéticos son los virus. Estos pueden insertar trozos de su DNA en los cromosomas de las células que infectan, desrregulando el crecimiento celular a una reproducción excesiva y por lo tanto tener un importante rol en el cáncer experimental y en algunos cánceres del ser humano.

Los virus que más fácilmente pueden entrar al genoma de los seres pluricelulares son los retrovirus. Estos tienen su información genética en moléculas del RNA, el cual es copiado en retroceso al DNA de la célula que recibe el virus mediante lo que se llama la transcripción retrógrada. De allí su nombre retrovirus; este proceso se llama integración por lo que resulta que un genoma viral se establece en un cromosoma de la célula receptora y funciona como cualquier otro gen de dicho DNA. Esta inclusión del genoma viral se llama provirus, el cual puede empezar a reproducir partículas virales o bien permancer inactivo pero latente por días, semanas o meses. Por alguna señal estimulante puede comanzar a producir RNA mensajero y sintetizar partículas virales. Los fragmentos que se generan se llaman oncogénes los cuales sin volver a ingresar al DNA de la célula pueden tener una capacidad oncogenética (Fig. 1).

Si el retrovirus infecta a las células somáticas la reproducción viral afectará sólo al individuo infectado, pero si infecta una célula gonadal se heredará en la totalidad de la especie, lo que podría explicar la incidencia de tumores familiares. Sin embargo, a pesar de que los humanos tienen provirus en sus cromosomas, los cánceres excepcionalmente se desarrollan por una infeccción viral.

Solamente existen cuatro tumores que tienen un vehículo viral: el Epstein Barr que produce el linfoma de Burkit y el cáncer nasofaríngeo; la hepatitis B que produce el cáncer hepático; el papiloma humano que produce el cáncer del cervix y la leucemia por células en T.

En resumen la teoría genética del cancer es que éste se produce por una serie de mutaciones que afectan la célula somática durante la vida del organismo y que las mutaciones son producidas por varios factores ambientales químicos, ionizantes o por virus que introducen un oncogen viral capaz de producir la transformación celular.

 

PROTO ONCOGEN Y PROVIRUS

Como dijimos, un gen que se expresa como normal pero que tiene una capacidad oncogénica latente, se llama proto oncogen el que puede ser activado por los agentes oncogenéticos. El otro mecanismo es mediante un retrovirus que puede introducirse al DNA como un provirus y éste influenciar al proto oncogen que es así activado al ser mutado por el provirus. Actualmente se han identificado sobre 50 proto oncogenes. En 1970, DNA transformado por sustancias oncogenéticas de un retrovirus se introdujo por transferencia genética a células normales transformándola en cancerosa, primera demostración de la transformación de un proto oncogen en oncogen celular por un oncogen viral.

En la mayoría de los casos la mutación es puntual por cambio de un solo nucleótido en el mismo sitio del genoma y la ampliación de los proto oncogenes mutados en el cromosoma produce la célula cancerosa, por ejemplo el glioblastoma.

 

FACTORES ANTI ONCOGENETICOS

GENES TUMOR SUPRESORES

Una pregunta que frecuentemente nos hacemos en nuestra experiencia neuroquirúrgica es ¿por qué algunos cánceres del mismo tipo histológico tienen diferente sensibilidad a la radio y quimioterapia, habiendo un grupo en que estos agentes actúan curativamente y otro en que el tumor se hace resistente? Existe un tipo de gen cuya función es impedir el desarrollo de células cancerosas también llamados tb genes tumor supresores. Si por alteración de la transcripción genética se afecta uno de ellos por mutación pierden su capacidad supresora y se produce un determinado cáncer.

Dentro de los tumores cerebrales se ha identificado la ausencia de genes tumor supresores de determinados cromosomas en el meningioma (cromosoma 22), neurinomas del acústico (17 y 22), hemangioblastoma (3p) y astrocitoma (cromosoma 10 y 17).

Recientes investigaciones han demostrado que el gen tumor supresor P53 foco de gran atención en la investigación del cáncer, se encuentra mutado en los tumores colo-rectales, pulmonares, mama, vejiga y cerebrales.

Este gen actúa por una parte produciendo la detención del ciclo celular G1 y por otra regulando la apoptosis que es el mecanismo que lleva a la célula a morir fisiológicamente.

La falla por mutación del gen P53 permite a la célula cancerosa evitar ambos efectos.

Un tercer efecto del P53 es regular la angiogénesis, elemento vital para el crecimiento tumoral y finalmente regula el efecto de los agentes antitumorales ionizantes o quimioterapéuticos como el fluoracilo, etoposide y dopsorubicina.

Las células sin el gen P53 normal son resistentes a estos agentes mientras que aquellas que poseen el gen P53 son sensibles a la terapia y desaparecen por apoptosis.

La aplicación que se está busando para esta información es:

1.- Conocer si un tumor va o no a ser resistente a los agentes terapéuticos.

2.- Poder convertir al P53 mutante por ingeniería genética a no mutado.

Por estas características el P53 ha sido llamado el guardián del genoma y en la revista Science se le denominó la molécula del año 1993.

En cuanto a la apoptosis, su mecanismo íntimo se basa en que el DNA de las células jóvenes posee una áreas llamadas TELOMEROS, compuestas por una tira de moléculas como un collar de perlas abierto, las que se van perdiendo cada vez que la célula se divide. Cuando su número disminuye a un número crítico, como un reloj biológico, la célula muere y el P53 vigila que así se produzca. Algunos hablan de "suicidio celular". Las células cancerosas poseen una enzima llamada telomerasa que protege el telómero haciendo a la célula inmortal y el P53 mutado no puede impedir esta acción.

 

TERAPIA GENETICA TUMORICIDA

La transferencia a las células tumorales de genes tumor supresores, de genes que metabolizan un producto tóxico para las células cancerosas o de genes que induzcan la apoptosis son métodos que se estudian para el tratamiento del cáncer.

Un método que ha recibido gran atención por su éxito experimental en el NIH, Bethesda, EEUU, es la terapia genética utilizando retrovirus murinos. Estos tienen la capacidad de integrar establemente sus genes en las células que están activamente sintetizando DNA, es decir en multiplicación, lo que las hace ideales para utilizar en el tratamiento de los tumores cerebrales, ya que las células nerviosas normales no se multiplican.

El virus del Herpes Simplex muere por la droga antiviral gangliociclovir, debido a que contiene el gen de la enzima timidinkinasa. Esta enzima al fosforilizar el gangliociclovir produce la toxina gangliociclovirfosfato que bloquea el DNA matando al virus. Es decir, el virus es sensible al gangliociclovir por poseer el gen de la timidinkinasa. Luego si a una célula tumoral mediante el retrovirus murino se le introduce el gen de la timidinkinasa, esta célula muere al ser expuesta al gangliociclovir.

Esta técnica fue utilizada por Culver y Oldsfield et al, en el NIH en ratas con gliomas cerebrales infiltradas con el gen timidinkinasa y luego tratadas con gangliociclovir observándose regresión completa macro y microscópica de los tumores.

Posteriormente se ha aplicado esta técnica en el hombre, pero los resultados hasta ahora se han circunscrito a zonas limitadas de los tumores y se están estudiando mecanismos para obtener una transcripción genética más extensa.

 

SUSTANCIAS CITOTOXICAS

Otro método de estudio producto de la información aportada por la biología molecular, es el uso de una especie de sandwich tóxico de transferina, toxina diftérica y un anticuerpo monoclonal de las transferina. Las células de los tumores cerebrales tiene gran aumento de recptores de transferina lo que no se observa en las células normales y escasamente en los capilares. La parte inmunológica del sandwich se encarga de guiar el tóxico hacia dichas células (Fig. 2). Para administrar el compuesto se ha utilizado el principio de la convección que es la inyección intratumoral, mediante una bomba que mantiene una gradiente de presión entre la infusión y la presión del líquido cefalorraquídeo, lo que permite una amplia difusión dentro del cerebro, incluso de macromoléculas habitualmente difíciles de transportar. Actualmente este método está en estudio en pacientes en el NIH.

El conocimiento adquirido de la composición molecular del código genético, y sus alteraciones mutantes, así como varios otros mecanismos del funcionamiento de las células sanas y cancerosas, seguramente permitirá atacar a esta última de una manera más eficiente que los métodos terapéuticos hasta ahora empleados en los tumores cerebrales.

Este ha sido un resumen muy apretado de la gran masa de investigación en curso mundialmente para atacar más eficientemente los tumores cerebrales y que presentamos en forma simplificada considerando lo complejo del tema, difícil de captar cuando se leen los trabajos de investigación genética y molecular actualmente en curso.

 

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