La contracción muscular está
regulada por variaciones en los niveles citosólicos de Ca++,
los que afectan las interacciones entre las cabezas de miosina y
los filamentos de actina a través de las 2 proteínas
accesorias asociadas a actina en el filamento fino: tropomiosina
y troponina (Fig. 1).
En el músculo en reposo (concentración citosólica
de Ca= 10-7M) la miosina no puede asociarse a la actina debido a
que los sitios de unión para las cabezas de miosina en las
G-actina, están bloqueados por la tropomiosina. Al aumentar
las concentraciones citosólicas de Ca (10-5M), la subunidad
TnC de la troponina une Ca, produciéndose un cambio conformacional
de la molécula de troponina y el desplazamiento de la molécula
de tropomiosina hacia la parte mas profunda de la hendidura de la
hélice de actina. Como consecuencia los sitios, en la G-actina,
capaces de interactuar con las cabezas de la miosina quedan libres
(Fig. 2).
Las variaciones en las concentraciones citosólicas de Ca
se producen en respuesta a los estímulos nerviosos que inducen
la contracción muscular y que actúan desencadenando
la liberación de Ca desde el retículo sarcoplásmico
hacia el citosol.
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