Ellas forman una banda continua en
todo el borde apical de las células epiteliales. Se reconocen
en cortes perpendiculares, observados al microscopio electrónico
de transmisión (Figura 1) porque las membranas plasmáticas
de las dos células adyacentes parecen fusionarse cerca del
borde apical, desapareciendo el espacio intercelular en zonas de
0,1 a 0,3 mm de longitud. El aspecto de esta zona resulta de la existencia
de múltiples puntos de contacto entre las láminas
externas densas de las membranas celulares. Estos puntos de contacto
resultan de la interacción, en el extracelular, de un tipo
especial de proteínas transmembrana llamadas occludinas,
que se caracterizan por presentar una zona hidrofóbica en
su dominio extracelular, lo que permite la interacción entre
dos occludinas que se enfrentan en el espacio intercelular. (Figura
2).
Esta zona se extiende en forma de cinturón alrededor de
todo el perímetro celular, interactuando cada célula
con las células adyacentes a ella, cerrándose así
el espacio intercelular.
En preparaciones por criofractura a través de una zonula
ocluyente (Figura 3) se observa que las caras P y E de la membrana
plasmática presentan una serie de estructuras lineales. En
la cara citoplasmática de la membrana (P), aparecen como
cresta o eminencias, mientras que en la cara extracelular de la
membrana (E) aparecen como surcos poco profundos.
Cada una de estas eminencias lineales (cara P) está formada
por la asociación de sucesivas moléculas de occludinas
(Figura 4); mientras que los surcos lineales (cara E) corresponden
a los sitios ocupados previamente por moléculas de occludina
que al ocurrir la fractura quedaron en la otra cara de la membrana
celular. ( Figura 5)
El número de líneas y su entrecruzamiento varía
según el tipo de epitelio .
Las células del revestimiento gástrico (Figuras 6
y 7) muestran unas zónulas ocluyentes muy anchas y con muchos
puntos de fusión.
Las zónulas ocluyentes entre los hepatocitos muestran pocos
puntos de fusión y mas separados (Figuras 8 y 9).
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