Figura 1  
     
  Figura 2  
     
  Figura 3  
     
 

La matriz intercelular osea

     
 

La matriz intercelular ósea está formada por:

Matriz orgánica u osteoide que corresponde al 50% del peso seco del hueso (Fig.1).

Más del 90% de ella corresponde a fibrillas de colágeno I organizadas en laminillas de unos 5 um de grosor (Fig. 2).

En cada laminilla ósea, las fibrillas colágenas están paralelas entre si, pero las laminillas sucesivas alternan ordenadamente la orientación de sus fibrillas en ángulos rectos.. Esta disposición alternada de las fibrillas colágenas en laminillas sucesivas destaca particularmente al observar cortes de hueso con microscopía de luz polarizada (Fig. 3).

El resto de los componentes orgánicos son principalmente glicoproteínas como la osteonectina, proteínas ricas en ácido g-carboxiglutámico como la osteocalcina, y proteoglicanos de condroitín y queratán-sulfato. Son moléculas ricas en grupos ácidos con gran tendencia a asociarse entre sí, capaces de unirse a calcio y que juegan un rol importante en el proceso de mineralización de la matriz ósea.

Sales minerales inorgánicas depositadas en el osteoide, que confieren al tejido su rigidez y dureza y actuan como una reserva de sales minerales, sensible a estímulos endocrinos.

Las más abundantes son fosfato de calcio amorfo y cristales de hidróxidos de calcio y de fosfato llamados hidroxiapatita (Ca10(PO4)6(OH)2). Los cristales de hidroxiapatita son aplanados (30nm por 3 nm) y se adosan a lo largo de las fibrillas colágenas, a intervalos de unos 67 nm.

La superficie del cristal está hidratada y existe una vaina de agua e iones rodeándolo, lo que facilita el intercambio de iones entre el cristal y el líquido intersticial.