Es la célula propia de los tejidos
conjuntivos fibrosos, cuya principal función es sintetizar
y mantener a la matriz extracelular propia del tejido.
De acuerdo a su actividad biosintética se pueden distinguir
morfológicamente: fibroblastos que corresponden a la célula
en un estado de alta actividad (Fig.1) fibrocitos que son las células
poco activas o en reposo (Fig. 2).
Los fibroblastos se distinguen estructuralmente por su aspecto
fusiforme y su abundante citoplasma basófilo; los fibrocitos
son más pequeños y su citoplasma es suavemente acidófilo
(Figs. 3 y 4).
La organización ultraestructural de los fibroblastos diferenciado
refleja el compromiso de este tipo de células en la síntesis
de moléculas que forman la matriz extracelular. Poseen un
retículo endoplásmico desarrollado, un Golgi perfectamente
definido y escasas vesículas de secreción, organelos
que se relacionan con la síntesis de moléculas precursoras
del colágeno, elastina, proteoglicanos y glicoproteínas
de la MEC (Fig.5).
Presentan un desarrollado citoesqueleto de microtúbulos
y de microfilamentos de actina implicados en procesos de motilidad
celular. Esta propiedad es importante en la cicatrización
de heridas, ya que los fibroblastos tiene la capacidad de migrar
hacia la zona lesionada, proliferar y producir los componnetes de
la matriz extracelular.
En los tejidos conjuntivos fibrosos reticulares las células
propias del tejido, responsable de la sintesis y mantención
del estroma reticular reciben el nombre de células reticulares.
Este nombre suele inducir a confusión ya que inicialmente
se usó para denominar a las células asociadas al estroma
reticular, actualmente se distingue la célula reticular propiamente
tal de otras células que pueden asociarse al estroma como
son por ejemplo los macrófagos fijos. La estructura de las
células reticulares es similar a la de los fibroblastos (Fig.6).
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